Parecía muy lejano a finales de julio y todavía algo irreal en agosto pero, sin saber muy bien cómo, las vacaciones de verano han concluido y ya empieza un nuevo curso. Con él, toda una serie de buenos propósitos que, sin embargo, muchos creerán que son difíciles de cumplir. He aquí una buena noticia: no es para tanto.
El objetivo prioritario de este curso ha de ser aumentar nuestro IVS, así de simple. Las siglas corresponden al Índice de vida saludable, la nueva forma de contestar a “¿Qué tal estás?” que ha definido la aplicación Quiero cuidarme. Tras descargársela en el teléfono móvil y responder a una serie de preguntas, ¡voilà!, aparecerá una cifra en nuestra pantalla. Cuanto más se acerque a 1.000 más debemos de alegrarnos. Y lo que hay que perseguir en este inicio de curso no es otra cosa que el número con el que la herramienta nos definió antes del verano no sólo se mantenga dónde estaba, sino que aumente imparable hacia el bienestar total.
Y el deporte es una excelente manera de conseguirlo, para los niños y para sus padres. Los beneficios del ejercicio físico van mucho más allá de conseguir una buena figura o volver a entrar sin traumas en los pantalones que nos poníamos antes de hacer del chiringuito un segundo hogar. Según una amplísima revisión científica publicada en 2016 tras analizar miles de estudios, practicar deporte de forma regular previene la aparición de diabetes, colesterol, cáncer, osteoporosis y otras enfermedades crónicas.
El trabajo da todavía más buenas noticias, no hace falta ser un atleta profesional para conseguir todos estos beneficios que, eso sí, son mayores cuanto más deporte se practica. Basta con ponerse mínimamente en forma para que nuestro organismo se muestre agradecido y lo haga de la manera que mejor nos sienta: proporcionándonos bienestar, tanto físico como emocional. El bienestar emocional es uno de los parámetros que se tienen en cuenta para calcular el IVS, por lo que ya es doble la razón para apuntarse al gimnasio o hacer cualquier otro ejercicio en este nuevo curso.
¿Y qué se considera ponerse en forma? Basta con practicar 150 minutos de ejercicio físico a la semana. A quien esto le parezca mucho, se le puede plantear de otra manera: con andar rápido (sin pararse a mirar escaparates) media hora al día cinco días a la semana ya podemos empezar a cumplir nuestro objetivo de salud.
Practicar deporte puede ser, además, una excelente forma de motivarse. Si a alguien le da pereza reincorporarse a la rutina laboral, no lo hará tanto si ésta se acompaña de actividades realmente agradables. Porque practicar ejercicio es agradable y el propio organismo lo sabe. Esto no es un dato subjetivo; según distintas investigaciones, los niveles de varias hormonas se disparan tras la práctica deportiva. Las más conocidas, tan asociadas al placer que son las mismas que se elevan durante el sexo, son las endorfinas.
Estas mismas hormonas hacen también que el ser humano sea más resistente a la depresión y, para muchos, el fin de las vacaciones puede ser un motivo de tristeza. El deporte hará que éste sea mucho más llevadero.
Si todos estos motivos no convencen, la ciencia sigue dando razones. Simplemente desde el punto de vista profesional y académico, el deporte es un aliado muchas veces desconocido. Según un estudio llevado a cabo recientemente por investigadores canadienses, el ejercicio nos hace más listos. ¿Ha leído bien? Sí, y de nuevo se puede demostrar. El nuevo efecto que se ha descubierto demuestra que una parte de nuestro cerebro crece con la práctica regular de deporte. Se trata, en concreto, del hipocampo. Esta pequeña glándula cerebral tiene mucho que ver con las áreas del aprendizaje y de la mejoría verbal, aunque el aumento de tamaño sólo se vio con un tipo de ejercicio, el aeróbico.
Así, cuando piense en los propósitos del curso nuevo añada, si no lo ha hecho, al deporte. Cuando lleguen de nuevo las vacaciones que, sin duda, acabarán llegando, su cuerpo y su mente se lo agradecerán.
Cómo aumentar nuestro IVS
El Instituto de Hábitos de Vida Saludable y Bienestar en la Mujer del Instituto DKV de la Vida Saludable dio recientemente algunas pistas sobre cómo conseguirlo. Lo que esta radiografía a las españolas desveló es que cuidarse no es aún tendencia. Aún son menos del 30% las que aseguran seguir hábitos de vida saludable. Se nota quién pertenece a cada grupo: esas primeras, aún minoría, están mayoritariamente en peso normal, frente a las que prácticamente no se cuidan, que tienden más a la obesidad. Éste es, huelga recordarlo, uno de los parámetros en los que se basa el algoritmo de Quiero cuidarme, por lo que mejorarlo es una de las formas de subir el IVS.
Pero el peso no es el único dato que sale beneficiado de la práctica regular de ejercicio. Las mujeres más deportistas demuestran también un mayor bienestar emocional, poniendo de manifiesto que la frase Mens sana in corpore sano tiene muy poco de leyenda urbana y mucho de evidencia científica detrás. Pero si bien no es algo nuevo que cuidarse es algo que repercute positivamente en la salud, el problema viene a la hora de ponerlo en práctica. Sí, conocemos esos nueve parámetros y sabemos qué se puede hacer para mejorar muchos de ellos. Pero, ¿cómo se vence a la pereza? ¿quién hace que la mano se dirija a una pieza de fruta en lugar de a las patatas fritas que ponen de aperitivo en cualquier bar?
El IVS medio de las españolas es de 670, frente al 664 de promedio de los hombres
La herramienta Quiero cuidarme no pretende tirar la piedra y esconder la mano. Por el contrario, incluye estrategias para animar a las mujeres -y también a los hombres- a cambiar sus hábitos y ser parte activa de la mejora de su IVS. Como explican desde DKV, la app -gratuita y disponible tanto para usuarios de dispositivos Android como iOS- ofrece la posibilidad al usuario de apuntarse a planes de acción y retos para alcanzar los objetivos y tratar de mejorar así el estilo de vida y, por lo tanto, su índice de vida saludable. “Es una funcionalidad que no ofrecen otras herramientas similares”.
Así que, cuando el diálogo que inicia este texto sea una realidad en el día a día de la mujer española, quizás ya no se quede para ir al gimnasio, a caminar o escribirse para intercambiarse hábitos nutricionales sanos. Quizás, simplemente, apelemos a un: “¿Y qué tal si subimos juntas nuestro IVS?”.