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Así acechan los depredadores de la red a tus hijos

Algunos adultos que se crean falsos perfiles en las redes sociales para ganarse la confianza de un menor y aprovecharse de él con un objetivo sexual. Se llama grooming y va en aumento

Content Factory

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Sondea las redes sociales a la caza de sus víctimas. Lo hace de forma deliberada y planificada, como el depredador que es. Se crea un perfil falso haciéndose pasar por un menor e inicia el contacto. En realidad es un adulto, pero de este modo se acerca a niños y adolescentes para ‘hacerse su amigo’. Aparentemente tienen edades y gustos similares. Un like en Instagram, una conversación por Twitter o un chat en un juego online y por WhatasApp. Cualquier canal sirve para ir ganándose poco a poco su confianza, para que su víctima se sienta cómoda y se abra abusando de su inocencia.

Así comenzará a saber quién es, cuáles son sus horarios y actividades, sus preocupaciones y anhelos. Poco a poco irá subiendo el tono de la conversación, empezará el coqueteo y hablarán de sexo, para terminar pidiendo que el chico o la chica mande fotografías y vídeos eróticos. Es aquí cuando comienza la manipulación, la coacción y el chantaje, porque el acosador y pederasta utilizará todo este material para conseguir más y más. Para presionar al menor y amenazarle con difundir sus conversaciones e imágenes con el fin de obtener más material sexual e incluso intentar quedar en persona.

Esta práctica se llama grooming y, por desgracia, cada día está más extendida. Tanto es así que la Fiscalía General del Estado alertaba en su última memoria anual de que el aumento del número de expedientes abiertos por casos de child grooming había aumentado más del 62% el año pasado. La naturalidad con la que los jóvenes y adolescentes usan internet y las redes sociales para comunicarse, sumada a su inocencia e inexperiencia, les hacen especialmente vulnerables ya que no son del todo conscientes de los peligros que pueden entrañar. De hecho, según UNICEF, más del 38% de los adolescentes se ha citado en alguna ocasión con un desconocido a través de internet.

No se quedan aquí los datos. Un estudio, realizado en 2016 por las universidades Autónoma de Madrid y Nacional de Entre Ríos, deja claro que cerca del 15% de los jóvenes de entre 12 y 17 años admite haber compartido contenido sexual online. Otra investigación, elaborada por el doctor en Psicología Rafael Ballester y publicada en la International Journal of Developmental and Educational Pshycology, afirma que un 4% de los niños menores de 12 años han enviado o recibido alguna vez material pornográfico a través de sus dispositivos tecnológicos. Y un informe más de la organización Chicos.net deja patente que los menores no son conscientes de los riesgos que les acechan en el mundo online: más del 49% de los jóvenes encuestados en dicho estudio consideraba que no es peligroso chatear con desconocidos y un 43% tampoco veía peligroso acudir a una cita con un desconocido sin haberlo visto nunca antes en persona. En definitiva, la accesibilidad instantánea a los menores, el anonimato que posibilitan las redes sociales y la facilidad para operar a distancia , sumado a la escasa percepción de peligro por parte de los chicos y chicas, son el caldo de cultivo para prácticas como el grooming.

Claves para prevenir un caso de grooming

Tal y como nos recuerdan iniciativas como Por un uso Love de la Tecnologíacon la que Orange quiere concienciar a menores y adultos sobre la importancia de un uso seguro y responsable de las nuevas tecnologías y alertar de las consecuencias y peligros de una mala utilización de las mismas, la educación y la comunicación en familia son pilares fundamentales en todo momento, pero más especialmente ante un caso como el grooming.

Los padres tienen que educar a sus hijos e hijas para que hagan un uso responsable y seguro de internet, así como facilitarles todas las herramientas posibles para saber protegerse y detectar los peligros. Es fundamental que sepan que una de las máximas es proteger su información personal, es decir deben utilizar antivirus, tener contraseñas seguras y no dar información personal (ya sean passwords, datos o imágenes) por supuesto a desconocidos, pero tampoco a conocidos como novios y novias. Además de todo ello, para los padres pueden ser muy útiles los sistemas de control parental, en especial aquellos que impiden acceder a sitios inapropiados.

La comunicación con los menores es la otra máxima. Los padres son los que tienen que explicarles que no deben mantener conversaciones de contenido sexual a través de internet y redes sociales, porque pueden ser copiadas, capturadas, distribuidas por la red e incluso utilizadas para chantajearles. De la misma forma, también es importante que conozcan las consecuencias que pueden tener hechos tales como realizarse fotografías o vídeos de contenido sexual o mostrarse desnudos ante la webcam. De nuvo, es algo que nunca deben hacer ante un desconocido, pero tampoco ante un conocido, porque quien hoy es su pareja, mañana puede no serlo y cabe la posibilidad de que utilice en su contra dichas imágenes.

Por último, hay que explicarles que nunca deben ceder ante un chantaje. Si ocurre, lo primero debe ser contárselo a sus padres. Y, especialmente, nunca deben acudir a una cita concertada a través de internet con otro menor que nunca han visto en persona. Si lo hacen, sus padres tienen que estar al tanto y acompañarles para verificar su identidad.

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Este contenido ha sido desarrollado por Content Factory, la unidad de contenidos de marca de Vocento, con Love Orange. En su elaboración no ha intervenido la redacción de este medio.

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