Una revolución verde contra la crisis económica
Las grandes inversiones en transición energética pueden convertirse en una herramienta clave para impulsar la recuperación y hacer un mundo más sostenible
El gráfico representa la demanda de energía que se está produciendo en el sistema eléctrico peninsular en tiempo real
Las grandes inversiones en transición energética pueden convertirse en una herramienta clave para impulsar la recuperación y hacer un mundo más sostenible
Los españoles, según un sondeo reciente de Pew Research, creen que los tres mayores desafíos internacionales a los que se enfrentan son el cambio climático, la propagación de enfermedades infecciosas y el estado de la economía. En el primer caso, los ciudadanos afirman tener muy presentes los peligros del aumento de la contaminación y las temperaturas y, además, el 40% de la población asegura haberse sumado a la tendencia de las compras sostenibles.
La preocupación de los españoles por el cambio climático no es nueva, pero lo que sí ha evolucionado este año ha sido el papel que pueden jugar en la recuperación de la crisis económica las medidas que se pongan en marcha para combatirlo y, en concreto, la transición energética. Porque las previsiones anuncian que la crisis será severa: el Banco de España estima que, en el mejor de los casos, el PIB se desplome más de un 10% en 2020 y que el paro pase del 14% en 2019 a más del 19% de la población activa en 2021.
Los 140.000 millones de euros del fondo europeo de recuperación que recibirá España mitigarán el impacto de la recesión y acelerarán la salida de la crisis. Y una parte muy significativa de ese fondo irá destinado a impulsar la transformación del modelo energético hacia uno más sostenible. Estas inversiones crearán miles de empleos en sectores innovadores como las energías renovables, además de facilitar el cumplimiento de los exigentes objetivos de emisiones en los próximos años y ayudar a España a cambiar su modelo productivo hacia un paradigma más verde, tecnológico y exportador.
Por su parte, también el Gobierno español calcula que su Plan Nacional Integrado de Energía y Clima generará entre 250.000 y 350.000 empleos netos anuales. La transición energética se configura así como un potente motor de crecimiento y un estímulo para la generación de empleo. Según Beatriz Corredor, presidenta del Grupo Red Eléctrica, el “mejor camino” para relanzar la economía nacional es “apostar por una recuperación verde que ponga la lucha contra la emergencia climática en el centro del nuevo modelo económico, asentar un desarrollo sostenible y seguir profundizando en la descarbonización de la economía, el impulso de la eficiencia energética y el uso de las energías renovables”. Todo ello, añade, “avanzando hacia una transición energética justa e inclusiva, que atienda mejor a las necesidades de todos los ciudadanos y proteja el medioambiente”.
Beatriz Corredor, presidenta del Grupo Red Eléctrica.
OLGA MORENO
España pisa fuerte
Este nuevo esfuerzo acelerará y dará continuidad, además, a la revolución verde que ya estaba en marcha en España. En 2019, la potencia renovable instalada superó, por primera vez, al resto de las tecnologías en el parque nacional, y el año pasado fue un ejercicio récord en la reducción de las emisiones de CO2 asociadas a la generación eléctrica, porque descendieron un 23% en comparación con las de 2018. Como colofón, en 2020, la eólica se ha convertido en la tecnología con más potencia instalada en nuestro país y la solar fotovoltaica ya ha superado al carbón.
España es uno de los países europeos con más recursos de fuentes renovables
Concha Sánchez, directora de Desarrollo del Sistema de Red Eléctrica de España
Concha Sánchez, directora de Desarrollo del Sistema de Red Eléctrica de España, considera que “España es uno de los países europeos con más recursos de fuentes renovables” y que, si aprovecha bien el poder del sol y el viento, “podría convertirse en exportador de energía al resto de la Unión Europea”. Por eso, una ambiciosa transición energética no solo facilitaría la salida de la crisis o la creación anual de cientos de miles de empleos, sino que también podría ayudar a mitigar la tradicional dependencia energética española y a convertir al país en una potencia exportadora de electricidad en Europa. ¿Pero qué hay que hacer para conseguirlo?
En estos momentos, Red Eléctrica identifica como prioridades importantes las inversiones para aumentar la conectividad eléctrica entre España y el resto de los estados comunitarios más allá de Portugal. Esas nuevas conexiones son imprescindibles para que viaje cada vez mayor cantidad de energía ‘verde’ desde nuestro país al extranjero. Otro punto clave, señala Concha Sánchez, es potenciar “la integración de las renovables en el sistema eléctrico mediante nuevas infraestructuras”, avanzar en “la digitalización y los sistemas de almacenamiento” y añadir nuevas “arterias que permitan transportar la energía por toda España”. El Plan Estratégico 2018-2022 de Red Eléctrica recoge un esfuerzo inversor y tecnológico continuado de más de 3.200 millones de euros para hacerlo posible.
Una transición con oportunidades y retos
En agosto, se alcanzó la producción solar fotovoltaica de todo el año 2019 y la generación renovable en España es ya 16,3% superior a la registrada de enero a septiembre del 2019. Los nuevos parques eólicos y huertos solares necesitan conectarse a la red para evacuar la energía que generan y, para eso, es necesaria una red transporte mallada y robusta.
La digitalización también es básica para gestionar estas fuentes de energía contando con herramientas avanzadas de previsión (no siempre sopla el viento ni hace suficiente sol) con la ayuda de billones de datos. También serán necesarios más sistemas de respaldo y almacenamiento en los próximos años para garantizar la calidad y la estabilidad del suministro cuando las ráfagas de aire sean muy débiles o el cielo se encapote de repente.
La inversión en nuevas infraestructuras de transporte de energía eléctrica como en instalaciones de generación y almacenamiento pueden movilizar además otros recursos económicos, generando un círculo virtuoso con gran capacidad de creación de empleo y modernización del sistema productivo en su conjunto. Eduardo Prieto, director de Operación en Canarias de Red Eléctrica de España, pone el ejemplo del proyecto de la central hidroeléctrica de bombeo de Chira-Soria en Gran Canaria. Se trata de una infraestructura, apunta, “diseñada para reforzar la seguridad del sistema eléctrico y avanzar en la transición energética que generará 3.500 puestos de trabajo en Canarias” contribuyendo a la recuperación económica del archipiélago canario de forma sostenible y alineada con los principios del Pacto Verde europeo.
Transición ecológica
El Gobierno espera crear entre 250.000 y 350.000 empleos anuales
Chira-Soria, sigue Prieto, supone la construcción de una central hidroeléctrica de bombeo de 200 MW (que representa alrededor del 36% de la punta de demanda de la isla) y 3,2 GWh de almacenamiento, una estación desalinizadora de agua de mar y las instalaciones necesarias para su conexión a la red de transporte. El objetivo es que la tasa de penetración de energía renovable en Gran Canaria despegue hasta alcanzar, en 2026, una cobertura media anual del 51% de la demanda local, que reduzca las emisiones de CO2 en un 20% adicional y que ahorre al sistema eléctrico canario 122 millones de euros anuales.
No son cifras ni mucho menos imposibles. De hecho, Chira-Soria tiene como precedente la central hidroeólica de Gorona del Viento en la isla canaria de El Hierro, y sus números son contundentes Si, un año antes de su puesta en servicio, en 2014, las renovables significaron solo el 2,2% de la cobertura de la demanda herreña, en 2019 superó el 50% y la central de Gorona del Viento fue capaz de garantizar el 100% de la cobertura con fuentes renovables durante 24 días seguidos.
Son esfuerzos como éstos los que pueden permitir que España cumpla, en los próximos años, los objetivos de emisiones europeos, reforzar la lucha contra el cambio climático y facilitar la salida de la crisis económica. Durante los primeros nueve meses de 2020, la producción eléctrica a partir de fuentes renovables en España se incrementó más de un 16% con respecto al mismo periodo de 2019 y la cuota que representan las energías ‘verdes’ sobre el total de la generación rebasó el 40%.
Para Beatriz Corredor, presidenta del Grupo Red Eléctrica, es el momento de “redoblar los esfuerzos, en línea con lo reivindicado por una docena de gobiernos europeos, entre ellos el español, para que la salida de la crisis no se haga a costa, sino gracias al Pacto Verde”, porque “ningún ciudadano, institución, corporación o empresa pueden eludir su responsabilidad en esta respuesta global”. Otros países comunitarios también se preparan para acelerar la transición energética y convertirla en una de las claves de su recuperación.
¿Marcará España el camino?
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