Cómo las energías renovables pueden crear riqueza en la España vaciada
Los datos otorgan a la energía eólica y fotovoltaica un protagonismo crucial en la Transición Justa y la creación de riqueza en la España vaciada
El crecimiento de las energías renovables -fuentes limpias, inagotables y competitivas- apunta unas cifras que permiten vislumbrar su futuro imparable. Según el informe Statistical Review of World Energy de BP, el consumo de energía renovable en 2019 alcanzó su propio récord, hasta representar más del 40% del crecimiento de la energía primaria ese año. Por su parte, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) prevé que las renovables llegarán a atender dos tercios del incremento de la demanda eléctrica previsto para los próximos 20 años, con las tecnologías eólica y fotovoltaica como grandes protagonistas de esta revolución.
En este sentido, la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) destaca en sus últimos estudios que la industria alrededor de estas energías está generando cada vez más beneficios socioeconómicos, algo que se traduce de manera directa en la creación de numerosos puestos de trabajo en todo el mundo. En concreto, el informe Renewable Energy and Jobs – Annual Review apunta que los empleos en este sector alcanzaron los 11,5 millones a escala mundial en 2019.
La eólica sigue siendo la primera tecnología en potencia instalada en nuestro país y la segunda en generación de electricidad
El papel jugado por España es determinante. No en vano, 2019 fue el mejor año de la historia para la energía fotovoltaica nacional, que se situó como mercado líder a nivel europeo y el sexto a nivel mundial, con una contribución directa al PIB español de un 0.26% (3.220 millones de euros).
Por su parte, la eólica sigue siendo la primera tecnología en potencia instalada en nuestro país y la segunda en generación de electricidad, con una cobertura de más del 20% de la demanda eléctrica. Ante la rotundidad de estas cifras, los expertos coinciden en que el sector de las renovables se perfila como uno de los impulsores decisivos de la recuperación económica española, no solo mitigando la destrucción de empleo y tejido productivo provocada por la COVID-19 sino convirtiéndose también en un motor socioeconómico fundamental para luchar contra la creciente despoblación de muchas zonas rurales. Estas se van a beneficiar de las inversiones y el impacto económico derivado de la actividad del sector, algo fundamental para el desarrollo social e industrial de la España vaciada.
Capital Energy es un buen ejemplo de compañía que está apostando fuerte por la Estrategia de Transición Justa, que, junto al anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética y el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), constituye uno de los tres pilares del Marco Estratégico de Energía y Clima aprobado por el Gobierno en 2019.
«Queremos impulsar la transición energética, creando valor a largo plazo desde el punto de vista tecnológico, medioambiental y social»
Juan José Sanchez, CEO de Negocio de Capital Energy
“Queremos impulsar la transición energética, creando valor a largo plazo desde el punto de vista tecnológico, medioambiental y social”, apunta Juan José Sanchez, CEO de Negocio de Capital Energy. Añade que podrán “generar nuevos puestos de trabajo o recolocar a profesionales afectados por el cierre de la actividad minera de los grupos térmicos, contribuyendo a la competitividad de la industria en aquellas zonas rurales más afectadas”.
El objetivo de Capital Energy es convertirse en un nuevo modelo de compañía energética 100% renovable que comercializa la energía que produce en el campo. Para alcanzar tal meta se encuentra inmersa en un plan de transformación con el objetivo de integrarse a lo largo de toda la cadena de valor de la generación renovable. Presente en todo el territorio nacional a través de 11 oficinas y proyectos propios de energía eólica y fotovoltaica en más de 1.000 municipios de 40 provincias, la compañía persigue conciliar el impulso a la descarbonización con el desarrollo del entorno rural donde se produce la energía, generando empleo y riqueza local.
Así, desde Capital Energy llevan un tiempo trabajando en proyectos innovadores enfocados en su diversificación tecnológica y la aportación diferencial en el modelo energético de los territorios en los que operan. Es el caso de Asturias, donde la compañía prevé invertir más de 1.000 millones de euros para desarrollar energía renovable a través de 31 proyectos que suman 1.200 MW, la mitad de ellos localizados en los municipios identificados como área de influencia