Estas son las tendencias que revolucionarán la movilidad urbana
Después de dejar aparcados nuestros coches más de tres meses durante el confinamiento, la pandemia ha puesto de relieve aún más que nuestra forma de movilidad urbana es insostenible. Los vehículos de combustión son contaminantes, ruidosos y ocupan demasiado espacio en las ciudades. Estas son las claves y los retos de la movilidad del futuro
Una de las muchas imágenes impactantes que nos dejó el confinamiento por la crisis sanitaria del coronavirus fue ver el centro de las ciudades libres de esa inmensa boina negra de contaminación que normalmente las cubre. La pandemia hizo caer la circulación de coches a nivel mundial como no se había visto en décadas. Por ejemplo, en el área metropolitana de Barcelona el tráfico cayó un 72% durante la primera semana que entró en vigor el Estado de Alarma. A medida que avanzaban los días, nos iban llegando a nuestros móviles escenas insólitas de animales paseando libremente por las autopistas vacías y disfrutando de la baja actividad humana en las calles.
Aquellos meses, las urbes se liberaron de los ruidos de motores y pitidos a primera hora de la mañana, de los atascos interminables para acceder a los centros de trabajo y de los altos niveles de polución. Después de dejar aparcados nuestros coches durante más de tres meses, la pandemia puso de relieve que nuestra forma de movilidad urbana es insostenible. Los vehículos tradicionales son muy contaminantes, ruidosos y, además, ocupan demasiado espacio en las ciudades. Frente a ellos han aparecido nuevas y renovadas opciones como las e-bike, el patinete eléctrico, los coches enchufables, el carsharing...
Norbert Rücker, director de Economía e Investigación de Next Generation Research en el banco privado Julius Baer, un departamento de la entidad financiera que analiza los cambios estructurales y a largo plazo causados por las megatendencias, explica que a corto plazo la movilidad volverá a recuperar el ritmo prepandemia. “No hay otra opción que aprender a vivir con el virus. La movilidad sigue a la economía, si poco a poco se va recuperando, el empleo crecerá; y entonces nos desplazaremos más”, analiza Rücker.
La movilidad también sigue nuestras necesidades sociales, anhelamos compartir tiempo con los amigos y estar junto a nuestros familiares. Echamos de menos el ocio y los viajes. El mundo no cambiará tan radicalmente como algunos auguraban, la vacuna hará que vaya desapareciendo el miedo al contagio y volvamos a utilizar el transporte público y empecemos a viajar en avión de nuevo. Según el economista del banco suizo, los viajes de negocios serán el único segmento donde el impacto va a ser más significativo. “Por supuesto, necesitamos reuniones presenciales, pero la pandemia ha mostrado que la comunicación en línea puede ser muy eficiente y económica”, sostiene Rücker. Antes de la crisis, ya se realizaban más viajes por ocio que por negocios. En los próximos años, se intensificará la tendencia: “el FOMO (temor a perderse algo) es más fuerte que el flygskam (movimiento que urge a los pasajeros a no volar y a elegir medios alternativos de transporte para reducir su huella de carbono)", afirma Rücker.
El coche eléctrico es el futuro
Hay dos tendencias que ya son imparables en el ámbito de la movilidad: los fabricantes de automóviles van a lanzar nuevos modelos eléctricos a un ritmo cada vez más rápido y los gobiernos están acelerando la transición estableciendo límites de emisiones de C02 y apoyando los coches eléctricos, ambas medidas como parte de los esfuerzos para mitigar el cambio climático. Norbert Rücker apunta que no debemos subestimar la rapidez con la que evoluciona esta tecnología. Ya hay muchos modelos que superan los 400 km de autonomía y la red de puntos de carga también crece rápidamente. “Los coches eléctricos son divertidos de conducir, silenciosos, conectados y ofrecen grandes comodidades”, opina. Y pone un dato más sobre la mesa: “A finales de esta década la gran mayoría de los coches vendidos en Europa serán eléctricos. Los coches enchufables ya representaron más del 20% de las ventas en los últimos meses en Europa”.
“A finales de esta década la gran mayoría de los coches vendidos en Europa serán eléctricos. Los coches enchufables ya representaron más del 20% de las ventas en los últimos meses en Europa”
España trabaja actualmente para acelerar y centralizar toda la cadena de producción del coche eléctrico, un proyecto que aúna vocación sostenible con autonomía estratégica. No obstante, hay mucho camino por recorrer, pese a ser uno de los 10 mayores fabricantes de vehículos del mundo, solo un 0,6% de su producción son eléctricos.
Competencia sobre ruedas
¿Seguirá siendo el coche particular una alternativa de transporte en el futuro? “Por supuesto, además la pandemia ha confirmado que es para los usuarios la forma más segura para moverse”, puntualiza el director de Economía e Investigación de Next Generation Research de Julius Baer. Otra cuestión es la forma en la que los utilizaremos. Los proyectos de vehículos autónomos hacen cuestionarnos si necesitamos tener o solo usar un coche. Frente a la movilidad clásica, basada en la propiedad de un vehículo, se abre la movilidad como servicio. Las opciones de micromovilidad que hoy ya tenemos en las ciudades introdujeron una nueva mentalidad: pagar por uso. Los coches privados pasan casi un 95% del tiempo aparcados. Frente a ello, el carsharing o coche compartido es una alternativa que cada vez se está haciendo más presente en nuestro día a día.
Autos autónomos
Por otro lado, el Internet de las Cosas (IoT) hará posible que todos los elementos de la circulación se comuniquen entre sí: vehículos, semáforos, señales, etc. Además, con el despliegue del 5G, los coches podrán recibir información muy práctica sobre plazas de aparcamiento libres u accidentes en carretera, mientras que los semáforos podrán autorregularse dependiendo del tráfico y la circulación de peatones. “Las redes móviles más rápidas y con mayor capacidad de respuesta son un facilitador de esta transición”, apunta Rücker.
Los coches con motores de combustión tienen los días contados
A partir del 2040 no podrán matricularse coches con motor de gasolina, híbridos o diésel para lograr que en 2050 no haya ninguno en circulación. “Parece que estamos en el camino de alcanzar el pico de demanda de petróleo a finales de esta década”, asegura Norbert Rücker. Como analista de materias primas, señala que “el motor de combustión probablemente sea actualmente la tecnología más importante, representa casi las tres cuartas partes del uso de petróleo”. Explica que la rápida electrificación acabará con este dominio, pero concluye que la transición llevará tiempo. “Al automóvil clásico aún le quedan alrededor de 15 años en la carretera”. Por eso, los próximos dos o tres años se centrarán en la recuperación económica y es probable que la demanda mundial de petróleo alcance nuevos máximos, superando los niveles prepandémicos. Luego, la transición a los coches eléctricos será más rápida y hará que disminuya aceleradamente el uso de petróleo primero en Europa, seguido de China y Estados Unidos, y luego a nivel mundial.
Concluye que la rapidez con la que evolucionarán los coches eléctricos provocará temblores significativos más allá del negocio automotriz y petrolero, ya que provocará un cambio de poder geopolíticamente, una pérdida de relevancia para las petronaciones.