?

Contenido desarrollado para

FUNDACIÓN MAPFRE

El plan septiembre definitivo: gimnasio, idiomas y ahorro

La vuelta al cole llega cargada de buenos propósitos, pero habitualmente se nos olvida uno de los más importante: ahorrar. Te contamos cómo conseguirlo (de verdad) este curso

María Cáceres

Compartir

Bienvenido! Está usted inmerso en el mes del restart, del volver a empezar, de la vuelta al cole y, claro está, de renovar los propósitos para el curso que está empezando. Porque no solo de enero viven los buenos deseos y septiembre es el mejor momento para reformular esas intenciones que o bien se quedaron por el camino o bien el verano ha trastocado. Es el momento para replantearse volver a la dieta y al gimnasio, para desempolvar la ropa de deporte y echarse a la calle con las zapatillas o la bici, pero también de este año no pasa que mejoro mi inglés o que hago un curso para mejorar mis expectativas profesionales. ¿Y ahorrar?

Pues normalmente queda como la última prioridad en la lista de deberes para cada nuevo curso, cuando la realidad es que es algo fundamental para afrontar esos gastos extraordinarios o para planificar esas cosas que queremos hacer en un futuro más o menos cercano. Las estadísticas revelan que más de la mitad de los españoles no supera los 50 euros de ahorro al mes. Y, si nos paramos a pensarlo, es normal. Los gastos de la hipoteca o el alquiler, la luz, el gas, el teléfono, internet, el préstamo del coche o la tarjeta de crédito se comen una parte de nuestro salario nada más cobrarlo. Y, después, a estos gastos fijos hay que sumar las compras, las cenas o escapadas, la gasolina, el abono transporte…¿El resultado? Que cuesta llegar a final de mes con dinero en la cuenta, por lo que ya de ahorrar, como decía aquel, ni hablamos.

Una gran mayoría se puede ver reflejada en esta radiografía. Nos lleva pasando desde que nos daban la paga de jóvenes y pensábamos que mañana era un concepto muy lejano, pero ahora sabemos que está mucho más cerca de lo que pensábamos y que no solo vive el hombre de recompensas inmediatas.

La solución: el preahorro

Vale, tengo que ahorrar. Lo sé, se dirá usted mismo. Pero, ¿cómo lo consigo si me cuesta llegar a final de mes? La solución está en el preahorro, una fórmula mucho más sencilla que pagar la tarifa del gimnasio y solo ir un mes porque lo hará sin darse cuenta. Digamos que sería un ojos que no ven, tentación que evitamos. Es decir, cambiar el chip y en vez de ahorrar a final de mes, hacerlo al principio. La fórmula del preahorro es muy sencilla: basta con restar automáticamente un porcentaje de su nómina que ahorrará todos los meses. Es como si se da la paga a sí mismo en forma de ahorro. 

Para que realmente funcione sin mermar su estilo de vida (y no se quede en otro buen propósito de comienzo del curso) lo primero que hay que hacer es decidir cuánto ahorrar cada más. Un 5% como punto de partida es perfecto, aunque lo ideal es revisar los gastos e ingresos para hacer un pequeño presupuesto de sus finanzas y así establecer el porcentaje más adecuado a su realidad. Y a su edad, porque el salario y las obligaciones financieras no son iguales con 20 que con 50 años. 

Un dato útil más: ahorrar es algo que hay que hacer a largo plazo, por lo que para no acabar tirando la toalla es mejor empezar por una cantidad pequeña e ir incrementándola con el tiempo (especialmente si nunca has conseguido ahorrar).

Una vez decidida la cantidad de dinero a ahorrar, hay que ver dónde se va a guardar. La recomendación de los expertos es contar con una segunda cuenta o un producto individual de ahorro sistemático, también llamado PIAS. En cualquier caso, es importante que no tenga comisiones y que, si es la primera vez que vamos a ahorrar en serio y queremos crear ese colchón frente imprevistos o garantizarnos una buena jubilación, se pueda usar el dinero cuando lo necesitemos.

Más de la mitad de los españoles no supera los 50 euros de ahorro al mes y no porque no quieran, sino porque no saben cómo hacerlo y pasan por alto estos gastos hormigas en apariencia tan superfluos

Por último, hay que crear una transferencia automática desde la cuenta de la nómina a la de ahorro que se encargue de preahorrar cada mes nada más recibir el salario. Esto no solo es el paso más sencillo sino también el más importante porque hará que ahorres todos los meses sin que pensar en ello y, sobre todo, sin tener que hacer nada.

Sacar partido a los ahorros

Según el INE, la tasa de ahorro de los hogares españoles es del 4,8%. No es un mal punto de partida, pero puede ser insuficiente a ciertas edades si lo que buscamos es hacer frente a emergencias, cumplir algún sueño o garantizarnos una buena jubilación. Entre el 50% de ahorro que recomienda el movimiento FIRE (Financial Independence Early Retirement) o el 30% que recomiendan los expertos, hay un buen margen para elegir la cantidad adecuada de preahorro mensual.

Una fórmula muy extendida para calcular el ahorro es la llamada fórmula Green, creada por el especialista en finanzas Kimmie Green, que viene a decir que a los 30 años deberíamos haber ahorrado por lo menos el equivalente a un salario anual y va multiplicando la cifra cada cinco años. Es decir, establece un 20% de ahorro del sueldo del año sin contar con los efectos positivos de la inversión o el interés compuesto.Y estos son, precisamente, los otros dos conceptos clave que hay que tener en cuenta para, además de preahorrar, sacarle partido a los ahorros.

Invertir los ahorros es una buena fórmula de verlos crecer, pero dónde, cuándo y cómo. Lo primero es tener asegurado ese colchón para imprevistos que, según recomiendan desde la Fundación MAPFRE, estaría cubierto con un mínimo de tres meses de tus gastos fijos aunque lo óptimo sería sumar hasta seis. Con este fondo a buen recaudo, es el momento de invertir. Hay tantas opciones como personas: los PIAS son perfectos para ahorrar e invertir pequeñas cantidades cada mes; las carteras de inversión que permiten las aportaciones mensuales; los planes de pensiones o los unit linked.

El otro aliado de tu ahorro es el interés compuesto, es decir reinvertir los beneficios que generan tus inversiones para que los intereses que generes se vayan sumando al capital inicial y generando un efecto bola de nieve. O, dicho de otro modo, poner a tus ahorros a trabajar para ti para que crezcan de forma exponencial. Y el tiempo y la constancia (además del interés que obtengas en tu inversión) son tus mejores aliados para ello.

Pero, sobre todo, lo importante es tener claro que esta vuelta a la rutina es el mejor momento para planificarte y empezar a preahorrar (sin agobios y con tus cálculos) porque, como tantas otras cosas en la vida, ahorrar es cuestión de hábito. Un hábito que, si consigues adquirir, hará más fáciles esas épocas del año con mayores gastos o cuando llegan los imprevistos.

Compartir

Este contenido ha sido desarrollado por Content Factory, la unidad de contenidos de marca de Vocento, con Fundación MAPFRE. En su elaboración no ha intervenido la redacción de este medio.