Iluminar el talento de los más pequeños: así descubrió Oriana que era una niña con altas capacidades

El talento no conoce barreras sociales o económicas. Bajo esta premisa la Fundación Endesa y la Fundación Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia (SAFA) han desarrollado el programa School&Talent, que tiene como objetivo ayudar a jóvenes con altas capacidades y escasos recursos a cumplir sus sueños

Oriana Reyes es una adolescente de 12 años. Llegó en 2017 con su familia desde Venezuela a España, concretamente al barrio obrero de El Palo (Málaga), y tuvieron que empezar de cero. «No ha sido fácil. Llegamos a Málaga huyendo de la situación en nuestro país y comenzamos poco a poco, con trabajos esporádicos… Varios de nuestros familiares se habían instalado aquí unos años antes y ellos nos recomendaron el colegio SAFA para educar a nuestros hijos», explica Mari Ángeles Morales, su madre. Los padres de Oriana siempre habían intuido que la pequeña de la casa posee un talento especial, pero cuando recibieron una llamada para comunicarle que su hija es una niña de altas capacidades aquello les pilló por sorpresa. «Cuando te dicen que tu hija es superdotada no sabes cómo reaccionar. De repente te preguntas cómo puedes ayudarla porque estos niños requieren una educación especial y nosotros no tenemos recursos. Nos cambió la vida».

Desde el propio colegio la animaron a presentarse a unos exámenes que más tarde serían la llave para entrar a School and Talent, un programa de la Fundación Endesa que desarrolla el talento de niñas y niños de altas capacidades con escasos recursos económicos a través de los colegios de SAFA. «Fue una alegría enorme para nosotros saber que Oriana era una de las alumnas seleccionadas para participar en este programa porque nos preocupaba no estar a la altura de las necesidades de nuestra hija. En el caso de estos niños suelen aparecer requisitos educativos especiales, que si no son debidamente atendidos pueden suponer un hándicap, en lugar de una ventaja, en su desarrollo emocional y social».

La casilla de salida no es la misma para todos y la educación es la herramienta más poderosa para que todas las personas tengan la capacidad de desplegar sus capacidades

Javier Blanco, Director General Fundación Endesa

La inversión en educación no solo reduce la pobreza allí donde se hace, sino que genera una sociedad futura más competitiva. Pero las desigualdades sociales y económicas no siempre facilitan un acceso equitativo para todos, especialmente en el caso de los más pequeños. Ahí es donde el programa School and Talent representa a la perfección la misión de la Fundación Endesa. “El caso de Oriana es ejemplo de cómo tratamos de hacer realidad nuestro lema, iluminar talento. Nuestro objetivo es contribuir al progreso social a través de la igualdad de oportunidades”, sostiene Javier Blanco, director general de la entidad. “La casilla de salida no es la misma para todos y la educación es la herramienta más poderosa para que todas las personas tengan la capacidad de desplegar sus capacidades. Por eso, la Fundación Endesa tiene en la educación y la formación una de sus líneas de trabajo prioritarias. Trabajamos día a día para innovar, nos aliamos con otras organizaciones, detectamos necesidades sociales y entre todos tratamos de ofrecer las mejores respuestas”.

Con este espíritu nació School and Talent en 2015, al tomar conciencia de que a veces los alumnos más brillantes se enfrentan a situaciones adversas y tienen la necesidad de una educación diferenciada. Por eso, la educación personalizada, emocional y la formación en profundidad y al detalle son los grandes pilares del programa.

Todos los niños que acceden a él tienen un seguimiento individualizado por parte de un mentor, que se asegura de que cada alumno recibe las herramientas y el apoyo necesarios para sacar las mejores habilidades sociales, comunicativas y emocionales hasta llegar a la etapa universitaria. Como Rocío Jiménez, la mentora que acompaña a Oriana en su desarrollo formativo, y quien la describe como «una niña muy humana. Cuando alguien nuevo llega a su clase, ella se preocupa de que no se sientan solos, de integrarlos. Es hipersensible, como todos los niños con altas capacidades, y muy creativa», pero advierte «el talento es un potencial. Y si no lo trabajas, no se desarrolla». Porque la genética no lo es todo. De hecho, superarse a uno mismo depende del esfuerzo y la práctica continuada. Así como las circunstancias de cada individuo. Y es que el talento de Picasso podría haber quedado sin descubrir si su padre no hubiese sido un pintor reconocido en su época, que le permitió jugar con los pinceles desde niño y desarrollar a lo largo de los años el estilo propio que le llevó a ser uno de los grandes genios del mundo del arte.