Así ayuda la tecnología a promover un aprendizaje digital justo e inclusivo
Las exigencias de un mundo digital en continua transformación llevan a colegios, universidades y empresas a plantearse la capacitación tecnológica como una inversión para garantizar su competitividad y adaptarse a las nuevas necesidades de la sociedad y de la empresa
Formar a los empleados en tecnologías digitales es la mejor forma de garantizar el crecimiento y la adaptación de esos trabajadores, y también de la propia empresa, a un entorno cada vez más inestable y convulso. Las herramientas de colaboración, integradas en las aulas, permiten una experiencia ubicua en la formación, facilitando así un aprendizaje igualitario al alcance de todas las personas. Si universalizamos la conectividad de las aulas, dotándolas de un acceso inmediato a recursos digitales, podremos asegurarnos un futuro en el que trabajadores y ciudadanos sepan aprovechar las ventajas competitivas que pueden aportar tecnologías como las redes 5G o la inteligencia artificial.
Los riesgos que entraña esta transformación son incuestionables, pero también lo es que la capacidad para prevenir esos peligros y aprovechar las oportunidades solo vendrá de la mano de una educación digital adecuada. Y esta pasa no solo por aprender con nuevas tecnologías, sino también de aprender sobre algoritmos, aplicaciones e Inteligencia Artificial. Más aún: no estamos hablando de una educación tradicional, en la que los adultos enseñan y los niños aprenden, sino de una formación continua en la que personas de todas las edades no dejan de adquirir nuevas habilidades y competencias.
No es para menos, dada la magnitud y velocidad de la transformación digital, que ha cambiado por completo nuestra vida en pocos años, y es de esperar que siga haciéndolo. El Foro Económico Mundial calcula que, de aquí a 2025, 85 millones de empleos en todo el mundo quedarán obsoletos debido a los avances tecnológicos. En total, entre un 12 y un 47% de todos los empleos se verán afectados por la automatización. Ante esa situación irrevocable, solo cabe adaptarse o morir.
El estudio constata que el ritmo de adopción de la tecnología no va a disminuir, pero también se va a producir un aumento importante en el interés por ampliar las habilidades digitales. El 34% de las empresas, por ejemplo, planea ampliar sus plantillas debido a la integración de las tecnologías, aunque este escenario requerirá ampliar los conocimientos de los trabajadores. De hecho, se estima que alrededor del 40% de los empleados va a necesitar completar programas de capacitación, lo que representa una oportunidad para adaptarse a las nuevas exigencias laborales.
Lucía Velasco, directora del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad de la Información (ONTSI), que depende de la secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, recoge en su libro “¿Te va a sustituir un algoritmo? El futuro del trabajo en España” algunas claves sobre qué se puede hacer para que las nuevas tecnologías redunden en beneficio de todos.
Necesitamos “gobernar” la digitalización, entender cómo impacta en las personas y detectar si hay fuente de conflicto.
Lucía Velasco, directora del ONTSI
Necesitamos “gobernar” la digitalización, “entender cómo impacta en las personas y detectar si hay fuente de conflicto. Ahí es donde deben estar las políticas públicas. Pero la digitalización bien gobernada y aplicada es fuente de prosperidad”. Los trabajadores, presentes y futuros, y las empresas precisan “espacio para poder emprender este cambio cultural, por medio de nuevas herramientas y formación (…) La tecnología siempre es una ventaja competitiva, pero las empresas que triunfen en el futuro serán aquellas que den un papel protagonista a las personas y pongan la inteligencia artificial a su servicio».
La UNESCO, a quien no se le escapan los cambios que están aconteciendo, aprobó el año pasado un Consenso sobre la Inteligencia Artificial en la Educación para marcar una hoja de ruta en este sentido. El organismo internacional propone un “enfoque humanista” en el cual la Inteligencia Artificial sirva para “mejorar la inteligencia humana, proteger los derechos humanos y promover el desarrollo sostenible”. Para lograrlo, propone una “utilización equitativa e inclusiva de la IA en la educación” y una aplicación “ética, transparente y comprobable” de los datos y algoritmos.
Aprender para adaptarse
Empresas como Telefónica han tomado nota de esta evolución y han adquirido un compromiso con una educación digital a la altura de los tiempos. Para la empresa, en la línea de lo planteado por la UNESCO, se trata de fomentar “una digitalización inclusiva, justa y sostenible” que ponga la “tecnología al servicio de las personas y de la protección del planeta”. La compañía española está detrás de algunos de los proyectos más innovadores en lo que se refiere a la hibridación de educación y tecnología punta. Y, para favorecer a los trabajadores a adquirir nuevas habilidades digitales, cuenta con 11 cuadernos de transformación con casos de éxito en diversos ámbitos, uno de ellos orientado a educación.
Hablamos de proyectos muy distintos entre sí que abarcan distintos niveles de la educación universitaria y también programas de formación internos en empresas tanto públicas como privadas. Ejemplo de esto último es el Data University BBVA, un “plan de transformación AI Driven”, o guiado por Inteligencia Artificial, para empleados del banco.
El programa arranca con una prueba a los empleados para verificar sus habilidades previas y, según cuáles sean sus conocimientos, los “alumnos” se incorporan a uno de los siete itinerarios formativos posibles. La Data University ya ha capacitado a más de 2000 personas en siete países diferentes en ámbitos recurriendo a una metodología práctica, diseñada ad hoc para las necesidades del alumno y con una monitorización constante que chequea la satisfacción del empleado.
“En Telefónica Tech”, asegura Marco Antonio Bonilla, BBVA Executive Director Advanced Analytics, “están comprometidos al 100% con nuestros objetivos y hemos creado un proceso de mejora continua que nos ha permitido revisar y mejorar nuestros programas cada 3 meses”.
También una empresa pública como Correos necesita que sus empleados dominen el nuevo universo digital. Telefónica Educación Digital lleva casi veinte años apoyando al líder logístico de nuestro país en su proceso de transformación, capacitando a sus profesionales en las nuevas habilidades digitales para sus nuevos negocios. “Necesitamos acompañarnos de un socio estratégico en capacitación digital de la solvencia y orientación al cliente como Telefónica”, reconoce Tomás Manso Mayoral, Chief Learning Office en Correos.
En estas casi dos décadas se ha implantado un entorno de formación eLearning en continua evolución. El espíritu de innovación constante aplicado en este proyecto ha permitido evolucionar la plataforma de formación, llegando a dar servicio en el último año a más de 150.000 participantes, que han realizado una media de más de cinco cursos.
La universidad tiene que adaptarse a las necesidades del futuro
Varias universidades han llegado también a un acuerdo con Telefónica para mejorar sus competencias digitales. La empresa ofrece soluciones en la nube para facilitar la comunicación entre profesores y alumnos, herramientas de trabajo cooperativo y de videoconferencia que permiten trabajar incluso sin tener conexión y, en fin, todo un ecosistema digital integra a toda la universidad.
De este modo, la Universitat Jaume I ha conseguido aumentar la productividad del profesorado al eximirles de tareas que se han automatizado. En palabras de Francesc Esteve, Comisionado de la Rectora para el Impulso Digital del centro, estas herramientas “han sido claves en la continuidad de los procesos de enseñanza-aprendizaje durante la época de confinamiento por la Covid-19”.
La Universidad Nebrija ha puesto en marcha, en colaboración con Telefónica, un proyecto de aulas híbridas que combinan el entorno presencial y el remoto. Junto a la digitalización de las aulas, se han digitalizado también los contenidos de estudio, se han introducido nuevos dispositivos y herramientas de colaboración protegidos por un fuerte sistema de ciberseguridad. El programa, que ha transformado 120 espacios y ha beneficiado a 4500 personas, ha recibido los premios Blackboard Catalyst Awards, en la categoría Leading Change, y el Premio Magisterio a los Protagonistas de la Educación 2021.
Federico Botella Beviá, Vicerrector de Tecnologías de la Información de la Universidad Miguel Hernández, explica cómo la institución ha emprendido, “de la mano de Telefónica”, un programa de «lanzamiento y estímulo del aprendizaje, con el objetivo de generar recursos audiovisuales disponibles en abierto, garantizando que todo el material sea accesible a nivel internacional». Esta universidad ha instalado un conjunto de herramientas para alumnos y profesores que permite trabajar en línea o sin conexión, garantizando así la continuidad académica y el aprendizaje virtual para todos los estudiantes.
“Las soluciones en la nube son claves en la continuidad de los procesos de enseñanza durante la época de confinamiento por la COVID”
Francesc Esteve, Comisionado de la Rectora para el Impulso Digital
Un paso más allá ha ido la IE University con una metodología de aprendizaje que incluye tecnología 5G, Edge Computing y realidad virtual. Junto con Nokia y Telefónica, esta universidad impartió el pasado verano, en su campus de Segovia, el primer seminario especializado utilizando las tecnologías citadas. “En el futuro, el entorno de aprendizaje que puede ser desarrollado a través del 5G ofrecerá a los estudiantes y a los profesores experiencias inmersivas increíbles que con seguridad revolucionarán los procesos de enseñanza”, cuenta el profesor del IE Miguel Larrañaga Zulueta.
La tecnología 5G permite acceder a plataformas de e-learning desde cualquier lugar y en cualquier momento. A su vez, la realidad virtual da acceso a un aula interactiva, construida con espacios 3D hiperrealistas, en la que profesores y alumnos pueden interactuar y trabajar juntos durante horas.
Es de esperar que estos procesos de transformación vayan acelerándose y agudizándose en los próximos años. La única esperanza para que el futuro no nos pase por encima es la misma de siempre: educación, compromiso y eficacia.