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Así es la historia de Ángel, que estudia finanzas en un centro penitenciario (para ser panadero)
A través de la experiencia de internos ponemos cara al reto de conocer la cultura financiera y económica con el objetivo de mejorar su inclusión
José Alberto, Cándido y Ángel tienen algo en común: las circunstancias de la vida les llevaron al Centro Penitenciario de Burgos. Una circunstancia vital temporal que, sin embargo, no ha hecho mella en sus ganas de aprender y seguir formándose de cara al futuro, con la vista siempre puesta en su reinserción social después de que sus realidades cambiaran de un día para otro.
Entre las distintas opciones y actividades que les proporcionaba la dirección del centro, hubo una que llamó su atención sobre las demás: el programa Finanzas para Mortales-Justicia Educativa. Es una iniciativa impulsada por Banco Santander e Instituciones Penitenciarias con la colaboración de SANFI, y forma parte del compromiso de la entidad con los colectivos financieramente más vulnerables para que comprendan mejor la cultura financiera y económica actual, con un claro objetivo inclusivo.
Este programa se compone de distintas sesiones formativas que tienen como finalidad facilitar educación financiera básica para la inclusión de las personas privadas de libertad, dotando a internos e internas de los conocimientos económico-financieros suficientes que les permitan tomar decisiones personales y familiares sobre sus finanzas cotidianas de forma responsable. Es una de las iniciativas con las que Santander está materializando su compromiso de empoderar financieramente al menos a 10 millones de personas entre 2019 y 2025. Un objetivo, el de garantizar la inclusión financiera de todos los colectivos, que hasta la fecha ha beneficiado ya a 7,4 millones, entre los que se encuentran José Alberto, Cándido y Ángel.
A pesar de haberse apuntado a Finanzas para Mortales-Justicia Educativa por motivos muy distintos, los tres coinciden en algo: no quieren quedarse atrás en lo que respecta a las posibilidades que brinda la banca digital y los servicios financieros. Por eso están convencidos de que este tipo de iniciativas, que se engloban dentro de Finanzas para Mortales, son necesarias para no quedarse aislados y seguir sintiéndose parte de una sociedad cada vez más exigente y donde tener competencias digitales es sinónimo de supervivencia.
Ángel es un buen ejemplo de ello. A lo largo de su estancia en el Centro Penitenciario de Burgos ha descubierto su pasión por el mundo del pan, a raíz de trabajar en la panadería. De cara al futuro, planea montar su propio negocio, algo que ya vislumbra gracias a las sesiones impartidas por José María Sáinz-Pardo, voluntario de Banco Santander, quien le ha brindado la posibilidad de tener una primera toma de contacto con lo que espera que algún día pueda convertirse en su modo de vida.
Es importante “entender” el funcionamiento del dinero
Lo más importante a la hora de dar ese paso es cambiar el chip; asumir que es necesario “aprender” otros conceptos financieros que, quizás, ha cogido con el pie cambiado a muchas personas. Para ello, Finanzas para Mortales, por ejemplo, pretende ayudar a este desafío. Es uno de los principales programas de Banco Santander para la inclusión financiera, a través de la educación básica de los colectivos más vulnerables. Su objetivo es acercar el mundo de la economía y las finanzas básicas a niños y jóvenes, personas mayores, emprendedores sociales y colectivos vulnerables, con el objetivo de que todas las personas entiendan los conceptos financieros de forma clara y sean capaces de gestionar su economía cotidiana y tomar las decisiones más adecuadas según sus necesidades y de la forma más segura.
Cumplen condena, pero, sin embargo, no ha hecho mella en sus ganas de aprender y seguir formándose de cara al futuro
En 2021, el programa llegó a más de 75.000 personas. Un número más que notable con el que la entidad reafirma su compromiso social en un área especialmente sensible. Y es que según los datos del Global Financial Literacy Survey, un 51% de los españoles no tiene conocimientos básicos en materia de finanzas.
Un 35% de los españoles reconoce no contar con las nociones básicas necesarias para gestionar su patrimonio y buscar una alta rentabilidad para su dinero
Por eso, además de esta iniciativa, la entidad colabora con otras como el proyecto DEFINE, que en colaboración con la Universidad de Alicante tiene como objetivo desarrollar las habilidades digitales del colectivo sénior, para el que también se ha creado ‘Educación Financiera para Mayores’, para favorecer la inclusión financiera de este colectivo en la Comunidad Valenciana gracias al acuerdo alcanzado con el ayuntamiento y la Universidad de Valencia.
Los empleados del Santander también colaboran con ‘Tus finanzas, tu futuro’, el programa impulsado por la Asociación Española de Banca que busca mejorar el conocimiento en finanzas básicas entre los alumnos de educación secundaria. Mientras, los habitantes de la España rural tienen a su disposición iniciativas como Correos Cash, que permite realizar en las oficinas postales las operaciones financieras más básicas y recibir dinero en efectivo en el propio domicilio; o más de 1.000 agentes bancarios y una red de agentes digitales, a través de Santander Personal que permite ser atendido en remoto con las mismas funciones y calidad que en una oficina.
Otros datos, como el Informe Europeo de Pagos de Consumidores de Intrum, también apuntan en la misma dirección. Según sus conclusiones, más de la mitad de los encuestados en España asegura que mejorar su seguridad financiera es ahora mismo una prioridad. Un 35% de los españoles reconoce no contar con las nociones básicas necesarias para gestionar su patrimonio y buscar una alta rentabilidad para su dinero. De los 24 países europeos analizados para el Barómetro de Bienestar Financiero de Intrum, España ocupa el puesto 22.
Esas necesidades se disparan en el caso de la población interna, que a menudo no tiene a su alcance las herramientas para desarrollar un mayor conocimiento en esta materia. En España, los centros penitenciarios gestionados por el Ministerio del Interior (entre los que no se encuentran los situados en Cataluña, que tiene la competencia penitenciaria transferida desde 1984) albergan hoy a 46.053 internos, de los cuales 42.741 son hombres y 3.312 mujeres, según fuentes de Instituciones Penitenciarias correspondientes al ejercicio de 2021.
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La cifra más baja de internos de los últimos 20 años
El número se ha reducido notablemente a lo largo de los últimos lustros. De hecho se trata de la cifra más baja de internos de los últimos 20 años. Para encontrar un año con menos internos habría que remontarse a 2002, cuando se contabilizaron 44.924. En el lado opuesto de la balanza se encuentra 2009, cuando se alcanzó el pico con 73.832. Desde entonces, la cifra no ha hecho más que disminuir.
Del mismo modo, la reinserción total es uno de los objetivos fundamentales del sistema penitenciario español. Los datos apuntan en la buena dirección: siete de cada diez internos de centros penitenciarios españoles no vuelven a delinquir cuando salen en libertad, según Instituciones Penitenciarias. Una realidad en la que juegan un papel protagonista iniciativas como el programa Finanzas para Mortales-Justicia Educativa.