El correo que colocó a España en la meca del cine gracias a “Juego de Tronos”
Gracias a una estrategia nacional y un incentivo fiscal atractivo, nuestro país se ha convertido en un reclamo para los rodajes internacionales que han dejado huella en muchas localidades como Bermeo, Osuna o Córdoba
Cuando regresó con su ejército a Poniente, lo primero que hizo Daenerys Targaryen fue descansar en el castillo de Rocadragón. Una fortaleza inexpugnable cuyo único acceso es un camino angosto y estrecho. La imagen se ha convertido en un símbolo de la trama de la aclamada serie de ficción Juego de Tronos. Representa un lugar que, en realidad, existe y, para los ajenos a este tipo de detalles, está más cerca de lo que uno podría pensar. Está en San Juan de Gaztelugatxe, un islote de la localidad vasca de Bermeo, que gracias a haberse rodado se ha convertido en un destino obligado para aquellos turistas que han salido maravillados del universo creado por George R.R. Martin.
En varias de sus últimas temporadas (la seis, la siete y la ocho), cuando ya era un fenómeno de masas imparable, se decidió rodar en España. Pero para que este sueño se hiciera realidad se tuvo que iniciar un largo proceso de negociación que empezó como si tal cosa gracias a un simple correo electrónico enviado por el equipo de producción de HBO, la cadena de televisión estadounidense encargada del proyecto, a un contacto de Andalucía Film Commission. El destinatario fue la delegación regional de la Spain Film Commission, la asociación sin ánimo de lucro que desde 2001 lidera el posicionamiento del país como destino de rodajes audiovisuales en nuestro país.
Y a partir de entonces arrancó una maquinaria que desembocó en una estrecha y duradera relación de Juego de Tronos con España. Al igual que el enclave en el País Vasco, han sido muchas otras las ubicaciones nacionales que han servido de plató de rodajes para esta popular obra que ha dejado para el recuerdo unas imágenes espectaculares. Así, por ejemplo, el castillo de Almodóvar es, en realidad, Altojardín, el asentamiento en la ficción de la Casa Tyrell, y se utilizó también para recrear la fortaleza de Roca Casterly, sede de la Casa Lannister que en tuvo un protagonismo determinante.
El equipo de producción de la serie se encontraba preparando la temporada cinco y quería buscar localizaciones para recrear el reino de Dorne, la región más hacia el sur de Juego de Tronos. Todo cambió gracias a una serie de propuestas de ubicaciones que abrieron el camino hacia Sevilla, Córdoba o Almería. “Inmediatamente que recibimos el correo me puse en contacto con el embajador entonces de Estados Unidos en España, James Costos”, recuerda Carlos Rosado, presidente de Spain Film Commission. El papel del embajador fue determinante porque, según cuenta, permitió “entender bien” el impacto de la producción.
“En aquel momento, la serie no era el fenómeno de masas que es ahora, aunque lógicamente la conocíamos y de sus localizaciones en toda Europa, como Croacia, Irlanda o, incluso, Marruecos”, añade Rosado. Para ello, HBO encargado de la serie mandó un equipo, pero una decisión a última hora fue vital para cambiar el rumbo: “ellos venían buscando una cosa muy concreta, los Jardines del Agua del reino de Dorne, pero le hicimos un recorrido por diversas localizaciones”, comenta.
Los productores quedaron asombrados por esas otras localizaciones y, en las siguientes temporadas, Juego de Tronos repitió los rodajes en España. Algunos de esos han quedado ya plasmados en el imaginario colectivo, como el puente Largo que une las dos mitades de Volantis a través de la desembocadura del Rhoyne y que, en realidad, se grabó en el Puente Romano de Córdoba.
“En aquel momento, la serie no era el fenómeno de masas que es ahora, aunque lógicamente la conocíamos y de sus localizaciones en toda Europa, como Croacia, Irlanda o, incluso, Marruecos”
Otros ejemplos: la arena de Meereen es la plaza de toros de Osuna, mientras que los Jardines del Agua se rodó en el Alcázar de Sevilla. En Gerona, por otro lado, se aprovechó la catedral de Santa María para simular el paseo del Desembarco del Rey, la joya de la corona en la ficción, así como las Bardenas Reales en Navarra fue el escenario donde Khaleesi navegaba por mar junto a los Dothraki. “La serie se rodó en toda España, que además eran muchos de ellos desconocidos por el gran público y los han puesto en el mapa”, reconoce Rosado.
Cuando Emilia Clarke celebró su cumpleaños en Osuna
La grabación de la serie en España ha dejado numerosas anécdotas curiosas protagonizadas por el elenco de actores. Una de las más recordadas fue cuando la actriz Emilia Clarke, que interpretaba a Daenerys Targaryen, celebró su vigesimoctavo cumpleaños en la localidad sevillana de Osuna, que llegó a atraer incluso a numerosos fans al ayuntamiento. De hecho, el affaire de la actriz británica con nuestro país ha sido duradero. Su trigésimo aniversario lo celebró con su familia en el Castillo de Arteaga, en la reserva natural de Urdaibai (País Vasco) y también con el equipo de la serie en el Museo Guggenheim.
Que una gran producción, tan costosa y exigente, salga bien no es algo que ocurra en todos los sitios
Carlos Rosado, presidente de Spain Film Commission
Todos ellos -recuerda Rosado- hacían su vida normal y, salvo excepciones, no se quedaron encerrados en el hotel. El actor que dio vida al Jaime Lannister, Nikolaj Coster-Waldauikolai, se pasaba por el Alcázar de Sevilla accediendo por la puerta principal como una persona desconocida. Aidan Gillen (Petyr Baelish, en la ficción) mandó traer una bicicleta para poder circular por las inmediaciones.
“Que una gran producción, tan costosa y exigente, salga bien no es algo que ocurra en todos los sitios; da prestigio al territorio y luego se transmite de unos a otros”, manifiesta Rosado, quien asegura que el interés de Juego de Tronos por Andalucía tiene su origen en que uno de los productores ejecutivos había estado trabajando antes en Ridley Scott en Exodus: Gods and Kings, que contó con la participación de Christian Bale, Sigourney Weaver y Aaron Paul, entre otros.
De la “satisfacción” a una nueva iniciativa fiscal
La grabación de Juego de Tronos en España fue “satisfactoria” para todo el elenco de actores y productores, y ha tenido un impacto positivo en el sector cinematográfico español, ya que se contrataron empresas locales, algunas de las cuales, la productora malagueña Fresco Films, ha seguido continuando con otros proyectos internacionales. A su juicio, parte del impacto que ha tenido ha puesto en el mapa a España como destino de rodajes. “Nosotros no nos dedicamos solo a captar rodajes, sino que promocionamos a la industria y al tejido profesional español porque hay muchos técnicos que han incorporado en sus currículums la experiencia internacional gracias a esta serie”, apunta.
De hecho, a raíz de la grabación de la serie se logró la aprobación del artículo 36.2 de la Ley de Impuestos sobre Sociedades que contempla deducciones por inversiones en producciones cinematográficas, series y espectáculos. Una medida “de trascendencia”, en opinión de Rosado, y que ha facilitado la llegada de nuevas producciones internacionales y contribuyó, de hecho, a establecer un marco jurídico apto para la grabación de la sexta temporada de Juego de Tronos. Una decisión que ha generado una segunda edad dorada después de que en los años sesenta se rodasen numerosas películas del género “Spaghetti Western”.
En los últimos años se ha producido en España un incremento de los rodajes internacionales y se ha desarrollado estrategias de “turismo de pantalla”, un fenómeno que pone de manifiesto a un tipo de espectadores que son a su vez viajeros, ya que desean visitar los sitios donde se han grabado sus series favoritas. “En este tiempo hemos tendido una red y hemos realizado conjuntamente una estrategia de promoción y de mejora de relaciones con el cine que, unido a una fiscalidad atractiva y las características del país, ha hecho que España viva un momento realmente brillante desde el punto de vista de los rodajes”.
A pesar del contexto actual, el sector cinematográfico español reclama la eliminación del límite máximo de deducción, o en su defecto incrementarlo, para generar un incentivo fiscal de cara a atraer a este tipo de producciones. En concreto, recuerda Rosado, eliminar la barrera de los 10 millones o incrementarlo hasta los 30 millones para poder captar proyectos que superen los cien millones de presupuesto.
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