e-home: por qué necesitas una casa inteligente para ahorrar energía
La inteligencia en un e-home la aportan sus habitantes. La tecnología ayuda a sacarle partido
La inteligencia en un e-home la aportan sus habitantes. La tecnología ayuda a sacarle partido
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Nunca como ahora había preocupado tanto a tanta gente la eficiencia energética en su día a día. Motivos no faltan. Tal vez reducir la factura sea el más evidente, pero no es el único. Contribuir a disminuir la dependencia de combustibles fósiles, a la lucha contra el cambio climático o incluso a la propia generación de energía a partir de fuentes renovables también son buenas razones.
Pararnos a pensar un poco sobre cómo relacionarnos con la energía de manera más inteligente parece, sin duda, una buena idea. ¿Por dónde empezar? El primer objetivo, sin duda, debe ser el ahorro: cuanto más eficiente, seguro y sostenible sea nuestro consumo, menores serán tanto la factura que debemos abonar nosotros como la que tendrá que afrontar el planeta. La buena noticia es que no hace falta sacrificar el confort para optimizar el consumo de energía. No se trata de no utilizar una lámpara o de apagar la calefacción cuando las necesitamos para consumir menos, sino de utilizarlas de manera más inteligente. En eso, la electrificación y la tecnología en el hogar pueden ser apoyos decisivos.
Un ayudante en casa
Cada vez se oye hablar más de los e-home u hogares inteligentes. Al hacerlo, es fácil imaginarse una casa en la que ocurren cosas como que la nevera se encarga de comprar leche cuando detecta que se ha acabado o la cafetera empieza a funcionar sola cuando suena el despertador. Más allá de lo pintoresco, el concepto de hogar inteligente no consiste solo en añadir tecnología futurista a un inmueble. En el corazón de un hogar inteligente hay personas dispuestas a relacionarse con la energía de manera eficiente y sostenible. La casa, simplemente, les ayuda a conseguirlo.
¿Y qué distingue técnicamente a un hogar inteligente de otro que no lo es? Básicamente, el empleo de tecnologías de iluminación y climatización conectadas a internet, junto al de electrodomésticos. Gracias a ellas, el uso de la energía se puede controlar mediante un dispositivo electrónico, ya sea un termostato inteligente, un teléfono móvil o un ordenador. Esto supone encender o apagar las luces, la calefacción o controlar lo que ocurre en el interior de casa incluso si no estamos en ella.
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Otra cuestión técnica que diferencia a un hogar inteligente es su capacidad de aprender de nuestros hábitos. Puede encender la calefacción un rato antes de que lleguemos a casa para que estemos cómodos, abrir y cerrar las persianas o ajustar la iluminación en función de nuestras necesidades. En este sentido, somos sus entrenadores: si nuestros hábitos no son los adecuados, la gestión energética que realizará el hogar tampoco lo será. “La gestión inteligente de la energía en un hogar se adapta, en realidad, al uso que tú haces de esa energía”, explica Ángela Martínez Sardina, responsable de Marketing del Negocio Residencial de Endesa X. “Así, el ahorro de energía que conseguirás dependerá sobre todo del manejo que tú hagas de ella”, añade.
Cómo construir un hogar inteligente
De esta manera, para construir un hogar inteligente, lo primero que debemos hacer es trazar una estrategia que contemple no solo cómo consumimos energía, sino también otras cuestiones como de dónde procede y cómo utilizarla de la manera más inteligente posible. A partir de ahí, podremos apoyarnos en la tecnología para lograr nuestros objetivos de ahorro y eficiencia.
“Podemos plantear la construcción de un hogar inteligente de fuera hacia dentro”, explica Ángela Martínez Sardina. El experto apunta que, en ese planteamiento, la instalación de placas fotovoltaicas en el exterior es un punto clave para ahorrar en la factura. De hecho, el aprovechamiento de la energía generada por las placas produce un ahorro del 40% en la factura de la luz con la Solución Solar 24/7 de Endesa X y Endesa Energía. “Si, además, se utilizan baterías, se puede alcanzar entre el 70 o el 80% de ahorro en nuestra factura energética”, añade.
En ese aporte de inteligencia a nuestro hogar entran también cuestiones como la electrificación de la movilidad. Recorrer 100 km con un coche eléctrico recargado por la noche en casa cuesta actualmente en torno a los tres euros en energía con la tarifa PVPC. Hacerlo con uno de gasolina que consuma unos 5,5 litros a los 100 km supone pagar más de nueve euros en la gasolinera (*).
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¿Y qué ocurre una vez dentro de la vivienda? Allí, es cuestión de añadir elementos al ecosistema inteligente en el que se convertirá nuestro hogar. Es decir: aparatos más eficientes e inteligentes, capaces de conectarse a un dispositivo central que nos ayudará a controlarlos. “El uso de aparatos de aire acondicionado de máxima eficiencia ahorra hasta el 20% en energía respecto a otros menos eficientes”, ejemplifica Martínez Sardina. A estos dispositivos se pueden añadir soluciones como bombillas y enchufes inteligentes, que permiten encender o apagar luces y electrodomésticos a distancia, adaptar el color y la intensidad lumínica o subir y bajar persianas para aprovechar mejor la energía.
“De poco sirve que te compres un coche eléctrico si después no lo recargas cuando realmente te conviene”
Ángela Martínez Sardina, responsable de Marketing del Negocio Residencial de Endesa X
En la última capa del interior de nuestro hogar inteligente se situarían dispositivos como Homix, de Endesa X, que permiten realizar una gestión inteligente de la temperatura, los consumos, la seguridad o la iluminación del hogar. Son los directores de orquesta que permiten conectar las soluciones tecnológicas eficientes con nuestros hábitos de consumo optimizado. El resultado: hasta el 25% de ahorro gracias a esa gestión inteligente. “Homix permite a los usuarios controlar todo el consumo tanto desde casa como desde fuera”, explica el experto. Este control se puede realizar desde distintos dispositivos, como el propio aparato o una app instalada en un smartphone. “Homix, además, aprende y se adapta a lo que vamos haciendo”, añade.
Concretamente, Homix optimiza la gestión de apartados como la calefacción teniendo en cuenta nuestros hábitos y también información de geolocalización. Así es como la automatiza de acuerdo con nuestras necesidades. Esto es lo que permite reducir la energía necesaria y, con ella, las emisiones contaminantes asociadas a nuestro día a día, sin perder calidad de vida. También la seguridad del hogar se puede controlar mediante este aparato. Junto con el uso de sensores de movimiento instalados en las puertas y de cámaras de seguridad, Homix avisa al usuario cuando alguien accede al interior de la vivienda y le permite ver lo que está ocurriendo esté donde esté.
Convertir una vivienda en un hogar inteligente supone, sin duda, un cambio de mentalidad respecto a nuestra relación con la energía. “De poco sirve que te compres un coche eléctrico si después no lo recargas cuando realmente te conviene”, advierte Martínez Sardina. “Si tienes todo el día todo encendido y no cuidas el gasto, tampoco tiene mucho sentido cambiar el aparato de aire acondicionado. Es necesario cambiar la mentalidad y, a partir de ahí, aplicar herramientas que te ayudan a sacar partido a ese cambio”, finaliza.
(*) Datos estimados a día 9 de mayo de 2022.
29%
de la población de 16 a 74 años usa servicios de domótica en casa
Ventajas de los hogares inteligentes
Cada vez hay más hogares inteligentes y conectados en nuestro país. La última encuesta del INE al respecto indica que casi tres de cada 10 personas de 16 a 74 años —el 29%— han utilizado alguna vez dispositivos o servicios de domótica en el hogar. Concretamente, el 7,8% utilizaba ya en 2020 sistemas para la administración de la energía en el hogar —luces, enchufes o termostatos inteligentes—, mientras que los sistemas de seguridad como cámaras o cerraduras eran utilizados por el 8,9%, y el 10,1% recurría a electrodomésticos conectados.
A estas cifras ha contribuido, sin duda, la conexión de los hogares a internet de banda ancha que ha crecido de manera espectacular en los últimos años. De hecho, nueve de cada diez hogares ya cuenta con conexión a redes de nueva generación y el despliegue de fibra óptica hasta el hogar (FTTH) en España aumentó el 9,5% hasta superar los 55 millones de accesos instalados entre finales de 2019 y finales de 2020. ¿Qué significan estos datos? Que la inmensa mayoría de los hogares en España son susceptibles de convertirse en hogares inteligentes si sus habitantes así lo desean. ¿Y qué ventajas encontrarán? La primera, la conectividad. El e-home tiene la capacidad de aprender y adaptarse a las necesidades de sus habitantes, que pueden controlarlo incluso en remoto. La eficiencia es el segundo gran beneficio, ya que los hogares inteligentes optimizan el consumo en función de los hábitos para optimizar así el consumo de energía y las emisiones contaminantes. Y esto deriva en una última gran ventaja: el ahorro en la factura energética y ecológica del hogar, al emplear únicamente una fuente de energía y abrir la puerta al autoconsumo.
Cómo hacer del planeta un lugar mejor para todos. Un planeta sostenible y habitable. La respuesta está en la energía. En concreto en la buena energía necesaria para crear nuestro día a día, para ser y para estar y, sobre todo, para construir el latido de lo que somos y de lo que queremos ser.
Ese compromiso es Buena Energía, un proyecto con el que Endesa quiere seguir construyendo un país sostenible, inteligente, limpio y para todos. Un país que, ahora más que nunca, tenga en la sostenibilidad y en una transición energética justa su espina dorsal. La descarbonización y la apuesta por las energías renovables teniendo siempre presente el desarrollo local y la economía circular, la generalización de las ciudades y los hogares inteligentes, el avance en movilidad eléctrica y los principios de igualdad, equidad y transparencia guían este proyecto porque para que el mundo avance es necesario que todos vayamos de la mano. Juntos y con Buena Energía.
Créditos
Proyecto coordinado por:
Prado Campos
José M. Sánchez
Dirección de Arte y Diseño UI:
Alessandro Marra
Infografías:
Pedro Jiménez
Desarrollo y maquetación:
Saúl Fernández
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