Cómo invertir tus ahorros para que no se lo coma la inflación
Antes de invertir para amortiguar la inflación, debemos asumir dos mantras en esta época de incertidumbre: prudencia y diversificación. Explicamos con la ayuda de expertos cómo puedes rentabilizar tus ahorros en esta época de incertidumbre
Desde que se pinchó la burbuja inmobiliaria, en el ya lejano 2008, no hemos ganado para sustos. La pandemia nos dio otro sobresalto, y ahora la invasión de Ucrania, sumada a otros conflictos geopolíticos, ha acabado con los tipos de interés negativos y ha despertado el fantasma de la inflación. Cuando por fin empezábamos a reunir ahorros de nuevo, la subida de los precios puede hacer que el dinero que tenemos en el banco pierda valor en una cuesta abajo que aún puede durar unos cuantos meses
Invertir los ahorros no es cosa de ricos ni es algo tan complicado como pueda parecer. Pero ojo, en un contexto en el que los precios suben por encima del 7%, la única preocupación no debe ser que el dinero que tenemos en el banco pierda un 7% de valor mensual. Desde Fundación MAPFRE recomiendan que la forma de proteger el patrimonio frente a la inflación es clara y simple: invertir el dinero para que, por lo menos, se rentabilice al ritmo que lo hacen los precios.
Diversificación y prudencia
Quienes han logrado empezar a ahorrar en los últimos años pueden estar pensando qué hacer con ese dinero para que la inflación no anule su esfuerzo. Ante la tentación de invertir en productos que, al menos, amortigüen esa pérdida de valor, los expertos de Fundación MAPFRE aconsejan que durante los próximos meses se opte por una actividad diversificada y mantener la prudencia.
A la inflación alta se ha unido la subida del euríbor, que será mayor cuando llegue la subida de tipos de interés que ya ha adelantado el Banco Central Europeo
A ahora de elegir la cuantía idónea para invertir, los expertos de Fundación MAPFRE reconocen que lo más sensato es dedicar el dinero que no se necesite a corto plazo y que exceda del colchón de emergencias de cada ahorrador. Y añaden: está bien que te preocupe el efecto de la inflación, pero siempre se debería tener un dinero en liquidez para afrontar gastos imprevistos.
Al hilo de la prudencia, Jordi Fabregat, profesor del departamento de economía, finanzas y contabilidad de Esade, señala que es importante mantener la liquidez aunque suponga una pérdida de valor adquisitivo a pesar de que en la actualidad la incertidumbre es muy elevada. Por esta razón, dice: “La gente que quiera empezar a invertir debe ser prudente, al menos durante cinco o seis meses. Es mejor mantener liquidez”. En estos momentos la inflación es muy elevada. Las previsiones más realistas apuntan a que se mantendrá al alza entre el 7% y el 8% el resto del año, pero se calcula que para principios de 2023 se contraiga hasta niveles entre el 3% y el 4%.
Los expertos recomiendan invertir con cabeza: “No me volvería loco por intentar invertir en tipos de interés reales positivos, por encima de la inflación, hoy me parece una aventura extraordinaria”, añade Fabregat. Es más, asegura que preferiría perder poder adquisitivo “antes de hacer alguna locura invirtiendo en un momento en el que no tenemos nada claro ni siquiera en qué sectores podemos ir invirtiendo”.
Tipos de interés positivos
La prudencia no deja de flotar en sus consejos, aunque el pequeño ahorrador insista en invertir su patrimonio. A la inflación alta se ha unido la subida del euríbor, que será mayor cuando llegue la subida de tipos de interés que ya ha adelantado el Banco Central Europeo. Eso hará que los depósitos vuelvan al mercado de inversión. Una mala noticia para las hipotecas, pero un sueño largamente esperado por los inversores.
Los analistas calculan que en el último trimestre de este año los bancos empezarán a ofrecer pequeños rendimientos en los depósitos. “Los tipos negativos eran más raros que un perro verde, y si desaparecen, mejor que mejor, para poder retribuir un poquito más al ahorrador. Los tipos ya no van a volver a ser negativos”, añade Fabregat. Pero ¿de qué rentabilidad estaríamos hablando? Quizá al inicio del próximo año los bancos ya ofrezcan depósitos al 0,5% o al 1%. Una situación positiva si se mantiene una inflación en torno al 3%, ya que ahí se pierde un poco de poder adquisitivo.
Tener presente la volatilidad en la bolsa
La diversificación, por tanto, es la política más adecuada para aquellas personas que van a invertir sus ahorros por primera vez, ya que sirve para reducir el riesgo de tu cartera, según recomiendan desde Fundación MAPFRE. Eso sí, esto no significa que se deba invertir en muchos productos diferentes. Por ejemplo, es más importante invertir en un total de 20 acciones, y que, aunque alguna pase a valer cero, sólo se perderá un 5% de la cartera. Por su parte, Fabregat recomienda evitar la inversión en criptomonedas: “Hoy en día, para ganar un 7% has de meterte en bolsa 100%, pero mira la bolsa de este principio de año los sustos que nos ha dado, y es posible que nos dé más”.
En la situación de incertidumbre actual, para poner en práctica esa política de diversificación, el primer paso es analizar si se va a necesitar ese dinero y cuándo. El segundo paso es dividir por la mitad el dinero que no se va a necesitar a largo plazo, y dejar una de las partes en liquidez, en la cuenta corriente. Y si de verdad se quiere invertir a largo plazo, sí se atrevería a apostar por una renta variable muy diversificada, pero, por ejemplo, sólo la mitad del patrimonio que hoy pensara invertir.
Otra clave a la hora de diversificar es también invertir en función del área geográfica. Esto supone invertir en diferentes países y áreas geográficas. De esta forma, una mala noticia sobre el crecimiento de un país no afectará a toda tu cartera. Al hacerlo, hay que tener en cuenta que existen economías más correlacionadas que otras, como la estadounidense y la europea y otras algo menos, como los países emergentes.
La previsión de que los tipos de interés van a subir suele castigar a la bolsa y a la renta fija, y una prolongación de la guerra de Ucrania agravará la crisis alimentaria y provocará más inestabilidad. Por esta razón, Fabregat señala que es mejor esperar a que los tipos se consoliden y la guerra termine, porque“hoy es imposible proteger el ahorro frente a la inflación, excepto asumiendo riesgos terribles que yo no aconsejaría”.
Además de estas variables, es recomendable valorar el tipo de inversor que uno se considera y, sobre todo, tener claro los objetivos de inversión, así como la situación financiera de cada uno, que incluye la capacidad de ahorro, la presencia de patrimonio o la estabilidad de los ingresos.
También se puede pensar en el ladrillo y las hipotecas
La inversión inmobiliaria ha sido habitualmente un refugio tradicional del ahorro en España. Para Fabregat, es un instrumento que “protege un poco de la inflación, porque se supone que los alquileres van a ir subiendo, pero en este momento tenemos algunas incógnitas a nivel legislativo en ese sentido”. En cualquier caso, no lo recomienda para el inversor novel, porque “en un piso concreto la diversificación es muy mala”.
Eso, unido a la subida de los tipos de interés, puede dificultar el pago de las hipotecas en el futuro. Aunque suene evidente, es algo que ya ha ocurrido en la historia reciente. Otra clave a tener en cuenta es que quien tenga que pedir una hipoteca es necesario pensar si la va a poder pagar en caso de que los tipos suban al 3% o el 4%, que no será a corto plazo pero quizá a un año vista. Pero a la hora de decidir el tipo de hipoteca que se contrata, el Euribor no es la única variable a tener en cuenta. También afecta el nivel de seguridad que se busque en las finanzas personales. Fundación MAPFRE ofrece estos consejos para ayudar en ese proceso.
El plazo de la inversión
Teniendo en cuenta cuándo se puede necesitar el capital invertido, los expertos dejan claro que es más prudente pensar en recuperar el dinero en un plazo de un año o dos. Desde Fundación MAPFRE consideran que es necesario establecer un horizonte temporal, algo importante para poder ajustar los objetivos de inversión al riesgo que asumes. Es decir, en caso de querer duplicar el dinero en 1 año hay que invertir y asumir unos riesgos diferentes que cuando se decide hacerlo en 10 años.