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ISLAS CANARIAS

A los cetáceos les encantan las Islas Canarias: cómo avistarlos sin perturbar sus vidas

Por el archipiélago pasan el 30% de las ballenas y delfines que habitan los fondos marinos, siendo uno de los lugares con mayor diversidad de todo el mundo. Observarlos requiere de unas pautas adecuadas

José M. Sánchez

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Por su envidiable localización, las Islas Canarias presentan unas características oceanográficas y geomorfológicas adecuadas que permiten la existencia y el paso de la fauna propia de aguas templadas. Se han llegado a avistar al menos 28 especies de ballenas y delfines diferentes. Unos seres fantásticos que se pueden presenciar siguiendo unas pautas adecuadas para no perjudicar su tranquilidad.

Elsa Jiménez, directora de la Fundación Cram, entidad privada sin ánimo de lucro dedicada a la protección del medio marino y de las especies que lo habitan, comenta que es importante practicar un turismo responsable a la hora de desplazarse para presenciar a los cetáceos en su entorno natural. Una de las medidas más importantes para mantener el control es el distintivo “Barco azul” con el que cuentan las embarcaciones que ofrecen avistamientos en las Islas Canarias. 

Esta bandera, de color amarillo con el logotipo “Barco azul” en el interior, certifica que cumplen con las leyes que garantizan a los cetáceos una vida plena y feliz. Eso significa, por ejemplo, que en las travesías no se permite a los turistas que los alimenten o se bañen con ellos. Esto es muy importante para protegerlos.

Además de esto, existen otras pautas que siguen estos barcos durante sus rutas marítimas. Por ejemplo, mantener una distancia mínima de seguridad de 60 metros, pero también realizar acercamientos lentos y pausados, estar un tiempo máximo de media hora con los animales para evitar asustarlos, pedir a los turistas que estén quietos y callados cuando están cerca de los cetáceos, así como abandonar la zona si ven que los molestan o hay concentración de barcos.

Todas estas recomendaciones que aplican en las rutas permiten mantener el bienestar de los cetáceos. “Más que prohibir se trata de ir con cuidado, de regular, porque también es muy importante acercarse a ellos al ser una actividad turística que tiene mucho de concienciación, de sensibilización, y resulta muy educativa en este sentido”, reconoce Jiménez. 

En ese término medio que recomiendan los expertos también incorpora el papel de los científicos. Su trabajo como asesores es fundamental, ya que gracias a sus conocimientos se diseña el mejor plan para proteger ese bienestar de los cetáceos y mostrar a los turistas cómo viven. “Ellos conocen dónde están las poblaciones más o menos estables, cuándo son las épocas migratorias, cuáles son las zonas por las que pasan cuando van de un sitio a otro, sus rutinas y comportamientos…”. 

La realidad es que existen pocos lugares en el mundo que pueden presumir de este regalo de la naturaleza. De hecho, es el enclave turístico con mayor diversidad de cetáceos en Europa. El archipiélago canario es el único lugar de España donde se pueden observar regularmente especies como el calderón tropical, el delfín moteado atlántico o el rorcual tropical. Es posible observar hasta nueve especies en un solo día, algo que ocurre en pocos lugares del mundo. Encontrar ballenas, delfines, cachalotes y otros cetáceos en esta pequeña superficie del océano supone un atractivo turístico de primer orden. ¿A quién no le gusta verlos de cerca? La magia que se produce cuando la aleta de cualquiera de estos magníficos animales asoma sobre la superficie del agua es insuperable. Si quieres conocer más detalles, visita www.curiosasislas.com.