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Aquí se aprovecha todo: cómo diseñar tu propio huerto sostenible en casa
El mes de octubre es un buen momento para planificar un huerto. Sea como sea una vivienda, siempre existe la posibilidad de plantar algo y de hacerlo de manera sostenible. Desde un huerto en una parcela a otro en un balcón o incluso en una pared. Iniciarse en la horticultura es posible hasta para los más urbanitas.
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Con solo media hora cuidando tu huerto urbano, reducirás considerablemente tus niveles de cortisol, la hormona producida por el estrés
El mes de octubre es un buen momento para planificar un huerto. Sea como sea una vivienda, siempre existe la posibilidad de plantar algo y de hacerlo de manera sostenible. Desde un huerto en una parcela a otro en un balcón o incluso en una pared. Iniciarse en la horticultura es posible hasta para los más urbanitas.
Tener un huerto en casa está lleno de beneficios. Se ahorra dinero, se tiene la certeza de lo que se come, se protege el medio ambiente y supone una satisfacción personal. Cultivar nuestras propias verduras y hortalizas ecológicas es ya algo más que una moda práctica, para muchos se ha convertido en el fiel reflejo de su nuevo estilo de vida. Cualquier familia puede ahora producir y consumir productos a bajo coste, llenos de nutrientes y saludables. Un must para seguir una dieta mediterránea sana y equilibrada y para fomentar las prácticas sostenibles.
Cualquier familia puede ahora producir y consumir productos a bajo coste, llenos de nutrientes y saludables
Sembrar, regar, quitar las hojas secas…todas estas actividades diarias tienen muchos beneficios. Te servirá para empoderarte y celebrar tus triunfos, pero también para sobreponerte de los fracasos. Está comprobado científicamente, además, que cultivar en casa reduce (y mucho) la ansiedad. Diversos estudios internacionales avalan que con solo media hora cuidando tu huerto urbano, reducirás considerablemente tus niveles de cortisol, la hormona producida por el estrés.
Esta nueva rutina te permitirá desconectar y relajarte y es una estupenda opción para pasar tiempo en familia. Para los más peques de casa, hacerse responsables de un huerto DIY es un gran aprendizaje. Más allá de la paciencia y del ciclo natural de los alimentos, aprenderán una gran lección: a cuidar de nuestro planeta y a mejorar el ecosistema. Por ejemplo, ¿sabías que las plantas de tu huerto absorben el dióxido de carbono que es el mayor gas que hay en la calle y ayudan a reciclarlo?
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Sol
Cuantas más horas diarias de sol, mejor crecerán las plantas. Se necesitará un mínimo de 6 horas de luz directa para obtener buenos resultados.
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Recipientes
Las macetas deben ser lo más grandes posibles con una profundidad mínima de 20 centímetros. Se recomiendan macetones o jardineras que mantengan constante la humedad y eviten que las raíces se recalienten.
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Herramientas
Según el trabajo a realizar, hay varios tipos de pala, como la pala ancha, para cargar tierra, o la pala de dientes, para removerla. También necesitarás una tijera de mano para podar, un rastrillo, una regadera y, si tu huerto es en tierra, una carretilla, entre otras. Usa siempre guantes adecuados para evitar posibles heridas.
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Siembra
Crea un huerto vertical donde sembrar plantas aromáticas como el tomillo, la hierbabuena o la albahaca. La mayoría se reproducen fácilmente por esquejes y aguantan bien el sol.
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Sustrato
Aprovecha los restos de comida orgánica o desechos de la poda para preparar tu propio compost gracias a una compostadora que convertirá la basura en estiércol. Es una manera sostenible de aportar a tus plantas las vitaminas que necesita.
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Riego
Una buena idea para, además, ahorrar agua es instalar un sistema de riego por goteo y conectarlo al grifo mediante un programador. Otra recomendación es regar a primera hora del día porque el sol no evaporará el agua tan rápido.
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Los básicos del huerto urbano
Tener un huerto en casa, además de ser sostenible, puede ayudarte a ahorrar y a desconectar. Solo debes seguir algunos consejos.
Se necesitará un mínimo de 6 horas de luz directa para obtener buenos resultados
Si no plantas en tierra, necesitarás usar recipientes profundos y, sobre todo, que tengan agujeros
Para huertos pequeños pocas: macetas, guantes, una regadera y pala y rastrillo. Si el huerto es en el suelo, alguna más específica
Las semillas se siembran a una profundidad de 2 o 3 veces su diámetro
Debe ser ligero y tener una adecuada porosidad que permita que las raíces respiren
En huertos pequeños, se aconseja regar manualmente y en los más grandes instalar sistemas de riego que eviten malgastar agua
Se puede crear un huerto prácticamente en cualquier lugar: ventanas, balcones, terrazas o jardines
El secreto de un buen huerto urbano
Se puede cultivar cualquier tipo de hortaliza, siempre que sea su temporada, claro. Y se puede crear un huerto prácticamente en cualquier lugar: ventanas, balcones, terrazas o jardines. Si nuestra casa es pequeña, una buena idea es crear huertos verticales aprovechando las paredes. Existen huertos verticales en madera, plástico, fibras naturales… y, tal y como afirman los expertos de Leroy Merlin, son muy fáciles de fijar a la pared y la solución perfecta para economizar espacio. Allí se pueden cultivar plantas aromáticas que le darán un toque refrescante al hogar.
Se puede cultivar cualquier tipo de hortaliza, siempre que sea su temporada, claro.
En realidad, Ester Casanovas, hortelana autodidacta y formadora en huerto urbano, asegura que el único secreto de un huerto urbano es intentar que a las plantas no les falta nada de lo que esperan encontrar; es decir, sol, agua, espacio y sustrato. La autora del blog picaronablog añade que el mantenimiento diario es más fácil de lo que uno se imagina.
Para los expertos de Leroy Merlin las mejores macetas para un huerto son las jardineras de madera, barro o plástico
¿Por dónde empezar?
Lo primero que se necesita para cultivar un huerto propio es escoger el lugar perfecto. Cuanto más sol, mejor. “Si se va a cultivar en un jardín hay que buscar la zona con más horas de sol y si cultivas en un balcón hay que ser muy consciente de las horas de luz reales para saber qué hortalizas son las más adecuadas”, añade Casanovas.
Una vez escogido el lugar, es hora de decidir el mejor recipiente para nuestras verduras o plantas. Para los expertos de Leroy Merlin las mejores macetas para un huerto son las jardineras de madera, barro o plástico. Aunque también se puede optar por huertos, disponibles en diferentes tamaños, y materiales como la madera o el plástico. Además, en los últimos años, las mesas de cultivo o huertos con patas están ganando muchísimos adeptos: son muy cómodas a la hora de plantar, abonar, regar o recolectar. Ideales para cultivar con comodidad.
Más allá de los huertos urbanos
Los esenciales de un huerto en el campo
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Los esenciales en un huerto en el campo
Los huertos urbanos hoy son un claro ejemplo de sostenibilidad ciudadana que reivindican un mundo más natural y son el lugar ideal para la desconexión y la educación medioambiental, pero también podemos dar un paso más y plantar un huerto en el campo.
La superficie puede ser muy variable, pero lo ideal es poder disfrutar de espacios superiores a los 25 metros cuadrados. Cultivar tus propias verduras en tierra se asemeja a disfrutar de un pequeño huerto en el balcón, pero tiene algunas peculiaridades que deben entenderse antes de iniciarse en esta aventura. Tendrás que pensar en crear espacios de tránsito, acometidas de agua, zona de compostaje, almacén para guardar herramientas y abonos, etc.
Si quieres iniciarte en el huerto doméstico para autoconsumo, estos son algunos de los temas en los que te vas a tener que convertir en un experto:
Escarificación. Elimina la hierba apelmazada y el musgo y abre el suelo para airearlo con un escarificador que, a simple vista, te recordará mucho a un rastrillo. Sus púas son capaces de retirar las hojas secas y otros residuos del suelo y también de llevar a cabo esos pequeños cortes en la tierra para que entre mejor el aire y el agua. Úsalo cuando notes la tierra más dura de lo habitual o esté repleta de raíces.
Compost. Asegura que el suelo de tu huerto tenga una fertilidad duradera. Un buen compost garantiza, además, que haya una reserva de nutrientes para que tus verduras y hortalizas la usen cuando necesiten. Si guardas la pila de compost al aire libre, protégela de la lluvia con una lona que mantenga el calor y la humedad que necesita para su fermentación. Es importante usar un compost con distintos grados de fermentación según tu objetivo. Por ejemplo, usa un compost fermentado totalmente cuando quieras abonar la tierra antes de la siembra o el trasplante.
Sistema de riego por goteo. Es la mejor solución para cubrir los requerimientos de agua que cada planta necesita para su crecimiento. Ahorrarás agua y eliminarás la posibilidad de exceso de agua o encharcamiento, la aparición de moho y la propagación de hongos en tu huerto. Hay opciones y kits incluso cuando no hay grifos cerca.
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La mayoría de las hortalizas se obtienen a través de semillas, aunque otras como los ajos o las patatas, se cultivan a partir de partes de su planta. La elección de las verduras u hortalizas a cultivar nos vendrá condicionada por el espacio que tengamos y por las horas de luz.
El agua es indispensable para que todas estas plantas crezcan. Aunque no todas requieren la misma cantidad ni se les puede regar de la misma manera. Algunas plantas quieren que se les rocíe las hojas, otras que se les moje por las raíces. “No hay que fiarse nunca del aspecto superficial de la tierra porque es la primera que se seca”, nos cuenta Ester Casanovas. Su truco: enterrar el dedo índice en la tierra para comprobar si en la profundidad está húmeda.
Y un error muy común, solo regar. “El abono es la comida de las plantas”, asegura. Si solo regamos es como si le diéramos de beber a la planta. Un substrato de calidad es clave y es la base para tu cultivo. Hoy día, incorporan nutrientes esenciales para las plantas a corto y medio plazo, indispensables para su buen desarrollo, y ayudan a mantener un PH óptimo y a retener el agua del riego, entre otros beneficios.
Un substrato de calidad es clave y la base para el cultivo. Hoy día, incorporan nutrientes esenciales para las plantas a corto y medio plazo, indispensables para su buen desarrollo
Existen substratos universales y otros específicos. Pero si se quiere ser más respetuoso con el cuidado del planeta, lo importante es escoger uno de calidad que sea libre de turba. ¿Por qué? Porque la turba es la causante de una importante cantidad del CO2 que soltamos a la atmósfera y de la pérdida o deterioro de los humedales en Europa.
La sostenibilidad está presente en cada decisión que tomemos en nuestro huerto urbano
Las opciones más sostenibles
En cuanto al riego, también hay que tener en cuenta la época del año y la temperatura. En huertos urbanos grandes se aconseja instalar un sistema de regadío automático que permita controlar la cantidad de agua y evitar malgastarla. Otra opción, y más sostenible, es utilizar el agua de lluvia con un sistema de canaletas. Existen, por ejemplo, contenedores -de diferentes capacidades, formas y materiales- para recogida del agua de lluvia.
En huertos urbanos grandes se aconseja instalar un sistema de regadío automático que permita controlar la cantidad de agua y evitar malgastarla
Y es que la sostenibilidad está presente en cada decisión que tomemos en nuestro huerto urbano. Y, como recuerdan desde Leroy Merlin, hay un auténtico boom por idear nuevas y mejores ideas para colaborar con el planeta. Se puede hacer el propio compost, reciclar toda la materia orgánica de casa para conseguir abono, usar plástico reciclado para macetas, reutilizar cajones de madera para realizar un huerto en el suelo de la terraza o tablones de madera para hacer contenedores cuadrados o rectángulos… Pero, sobre todo, según Casanovas, para ser sostenible hay que “cultivar hortalizas y verduras de temporada”. Para la horticultora, “no hay nada más km 0 que un huerto en casa”.
Está claro que la alimentación del futuro será verde… o no será
De la terraza a la mesa, una tendencia internacional
La ONU, en su Agenda 2030, advierte que el planeta necesita que todos seamos más sostenibles. Y la gastronomía y la alimentación no quedan exentos. Ejemplos, muchos. En Managua (Nicaragua), el Gobierno está implantando un programa para que los huertos domésticos lleguen a los 250.000 en todo el país. Gracias a esta iniciativa, muchas familias han duplicado ya su consumo de hortalizas. También son varios las ciudades americanas que apuestan por el cultivo de comestibles, y reciben apoyo institucional. Así, los americanos pueden obtener semillas para sus huertos de forma gratuita en las bibliotecas y, además, disfrutar de talleres y eventos sobre agricultura urbana.
Una de las tendencias más futuristas es la hidroponía, una corriente de jardinería en rápido desarrollo que está siendo investigada intensamente por ingenieros de la NASA
Esta es, finalmente, la base del concepto “rooftop to table”; es decir, de la terraza a la mesa. Una moda que aporta beneficios sociales, medioambientales y económicos y que pueden llevar a cabo todos los ciudadanos que vean el potencial de aprovechar aquellos espacios de su vivienda a los que apenas dan uso para cultivar alimentos. Pero no solo en los hogares, también escuelas, centros comerciales e, incluso, restaurantes y hospitales ya se han sumado a esta tendencia. En 2016, por ejemplo, se inauguró en el Boston Medical Center (Estados Unidos) una granja urbana de 250 metros cuadrados donde se producen verduras, hortalizas y plantas medicinales; o lo que es lo mismo, más de 2.721 kilos de alimentos al año que, más tarde, forman parte de los menús de los pacientes.
Está claro que la alimentación del futuro será verde… o no será. Pero ¿hacia dónde se encaminan los huertos urbanos? Una de las tendencias más futuristas es la hidroponía, una corriente de jardinería en rápido desarrollo que está siendo investigada intensamente por ingenieros de la NASA. Se trata de cultivar sin necesidad de tierra (o suelo) y mediante el uso de soluciones líquidas que contienen minerales y nutrientes. Una de sus ventajas es que ayuda a que el tiempo de desarrollo de una planta se acorte. Así, una lechuga que, tradicionalmente tarda entre 3 y 4 meses en crecer y estar lista para consumir; podría estar perfecta a partir del mes y medio.
El futuro sostenible ha de ser verde y para construirlo, todos podemos aportar nuestro granito de arena. Podemos cambiar la forma en la que vivimos para vivir mejor, la manera en que consumimos para consumir mejor, el modo en que nos cuidamos para cuidarnos mejor. Ese es el compromiso de Todos hacemos el cambio, un proyecto con el que Leroy Merlin quiere ayudarnos a desde lo más íntimo de nuestra vida: nuestros hogares. Poniendo al ciudadano en el centro, este proyecto pretende inspirar y concienciar a los lectores para que sepan que ellos también pueden ser los protagonistas de un movimiento que, sin duda, acaba haciendo mejor no solo al planeta o a nuestros hogares, también a nosotros mismos. Materializar esta aventura depende de todos. Si quieres, también de ti.
Transformando el mundo desde nuestro hogar
Coordinación:
Cecilia Marín
Diseño UI y Dirección de Arte:
Alessandro Marra
Maquetación:
Silvia González
Eva Marina