El gas licuado, energía clave en la lucha contra la despoblación
Empresas como Primagas apuestan por hacer accesible una solución energética eficiente y limpia para mejorar las condiciones de vida de las zonas alejadas de la red de gas convencional
Cuando se echa la vista atrás en el tiempo, los datos son claros: la población española ha aumentado de manera muy significativa en las últimas décadas. Desde 1975 a 2021, nuestro país ha pasado de 34,2 millones de habitantes a 47,3. Un crecimiento que, sin embargo, no se ha producido de manera equilibrada: algunas provincias, como Zamora, Lugo, Soria o Teruel, entre otras, han perdido población debido a los grandes movimientos migratorios que han tenido como destino principal las grandes ciudades.
Es lo que se ha venido a denominar España vaciada. Lugares que cuentan con singularidades que los hacen únicos y, al mismo tiempo, con necesidades especiales que han de ser tenidas muy presentes, tanto por las administraciones públicas como por las empresas. Y es que muchas de estas zonas presentan densidades de población equiparables a las de la Laponia finlandesa. Y el futuro no invita precisamente al optimismo: estudios de la ONU calculan que, de cara a 2050, el 68% de la población mundial vivirá en áreas urbanas. En España, el Banco Mundial estima que ese porcentaje es del 80% ya en la actualidad. Dicho de otra manera: en el 90% del territorio solo vive el 20% de la población del país.
La ausencia de una red de gas natural se ha traducido a menudo en soluciones poco eficientes
Primagas, una de las principales compañías suministradoras de gas propano, biopropano y gas natural licuado de nuestro país, ha sido una de las que más activamente ha querido implicarse con un problema de estas dimensiones. Y es que la falta de una red de gas natural que llegue a todos los rincones del país se ha traducido a menudo en soluciones poco eficientes, escasas o muy contaminantes. Es el caso de opciones como el gasóleo, la electricidad, el carbón o la leña.
En este contexto, alternativas como el gas propano, el gas natural licuado (GNL) o el biopropano se presentan como unos grandes aliados para las zonas rurales y semi-urbanas. ¿Sus ventajas? Son muchas. Por ejemplo, disponer de una fuente de energía eficiente y limpia en zonas alejadas de la red de gas convencional, contar con un elevado rendimiento, reducir las emisiones y a un coste más asequible. Además, su fácil instalación hace que pueda almacenarse de forma sencilla en tanques y depósitos, lo que posibilita que se adapte al consumo de cada cliente. Comparados con el gasóleo, el fuel o la electricidad, el propano y el GNL contribuyen a la conservación de un medio ambiente más limpio y a la lucha contra el cambio climático, un factor fundamental para mantener el bienestar de la población en estas zonas.
Fácil, limpio y eficiente
Por su parte, el gas propano, que se obtiene del procesamiento de gas natural y del refinado del petróleo, es una energía que puede transportarse, almacenarse y consumirse prácticamente en cualquier localización del planeta. Se trata de una opción que puede presumir de un elevado poder calorífico, eficiente, limpia y versátil como pocas. Asimismo, en el actual contexto de crisis energética, el gas propano ofrece un mejor precio y permite garantizar el abastecimiento de energía.
Por otro lado, el gas natural licuado (GNL) es una fuente de energía que no ha parado de crecer en los últimos años y supone hasta un 40% de ahorro en el consumo energético. Este combustible ocupa 600 veces menos espacio que en estado gaseoso, lo que facilita su transporte y almacenaje.
Mención especial requiere el biopropano, para muchos una de las fuentes de energía del futuro. Primagas se convirtió en 2020 en la empresa pionera en lanzar en España esta energía de origen 100% sostenible, hecha de una mezcla de materiales de procedencia orgánica. Una opción ideal para hogares y empresas que desean reducir su huella de carbono y apostar por la economía circular.