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Un proyecto con

Así se revoluciona un colegio rural (y la forma de aprender) gracias a la tecnología

Raquel Rodríguez y Aarón San Jorge, maestra y alumno del CEIP Aguanaz de Entrambasaguas (Cantabria), cuentan cómo se transforma una escuela rural gracias a la tecnología



Ana Belén Madrid

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“El papel del profesor ha cambiado, el giro es brutal. Ahora la información se comparte y se analiza entre todos”

Raquel Rodríguez, maestra del CEIP Aguanaz de Entrambasaguas

Que un colegio esté situado en una zona u otra no debería suponer un obstáculo para el desempeño de sus alumnos. Sin embargo, en muchos casos lo es. En España, uno de cada diez centros educativos se considera “de difícil desempeño” por cuestiones como su ubicación en zonas rurales. En el caso de los Centros Rurales Agrupados (CRA), la carencia de infraestructuras desarrolladas de conexión a internet agrava una brecha digital que acaba por afectar al desarrollo de competencias de los alumnos. Una realidad de la que Samsung era consciente ya en 2014. Por esa razón, puso en marcha el programa Samsung Smart School, junto con el Ministerio de Educación y Formación Profesional y las comunidades autónomas, para apoyar a escuelas con menos recursos y posibilidades. El objetivo: que se transformaran en centros con metodologías educativas de vanguardia.

Aarón San Jorge es uno de esos alumnos que estudió la etapa de Educación Primaria en una escuela rural de Cantabria, el CEIP Aguanaz de Entrambasaguas, uno de los primeros colegios integrantes del programa Samsung Smart School. Hoy cursa Ingeniería Mecánica en la Universidad de Cantabria. “Cuando llegué al instituto, noté que teníamos unas capacidades que chicos de otros colegios no habían desarrollado. Por ejemplo, cuando tenías que hacer un trabajo en equipo, se notaba que te organizabas mejor, hacías tú de líder del grupo. Éramos, en cierto modo, los elegidos”, recuerda.

¿Qué ocurrió en el colegio de Aarón? ¿Qué pasó para que él y sus compañeros, que venían de una escuela rural, destacaran en competencias como el trabajo en equipo al llegar al instituto de referencia? La tecnología tuvo mucho que ver con ello. También la motivación de maestras como Raquel Rodríguez Cuevas, dispuestas a ayudar a sus alumnos a aprender más y mejor. 

El CEIP de Entrambasaguas era uno de los centros adheridos al programa Smart School de Samsung, centrado en impulsar el aprendizaje mediante la tecnología en centros públicos de Educación Primaria situados en zonas rurales, con un alto índice de abandono o riesgo de brecha digital. Se trata de mejorar las competencias digitales de unos alumnos que las necesitarán para acceder a oportunidades en el futuro y que tienen más difícil desarrollarlas en su entorno.

Raquel Rodríguez es una de las maestras del CEIP de Entrambasaguas que participó en el proyecto, dirigido a alumnos de 5º y 6º de Primaria. “La tecnología siempre me interesó porque veía que se podían hacer muchas cosas con ella que acabarían por repercutir en el aprendizaje de los alumnos. Cuando llegó el proyecto Samsung Smart School no lo conocíamos, pero aceptamos inmediatamente. Y a partir de ahí dijimos: ‘Bueno, vamos a ver de qué trata este proyecto y cómo podemos aprovechar esta oportunidad con nuestro alumnado’”.

Samsung Smart School comenzó su andadura en 2014, con base en tres pilares: dotación tecnológica a los centros, formación del profesorado e investigación para monitorizar su funcionamiento. En total, ha facilitado 2.100 tabletas y 104 pantallas de 65’’a más de 100 aulas de 5º y 6º de primaria en 40 colegios de distintas regiones en toda España. Unos 700 profesores han recibido un total de 510 horas de formación impartidas en el marco del proyecto. Alrededor de 4.000 alumnos se han beneficiado de él.

Desde su puesta en marcha, Samsung Smart School ha contribuido a mejorar distintas competencias clave para la formación de los alumnos, como la competencia en comunicación lingüística, competencia digital, “aprender a aprender” o pensamiento computacional. Este progreso, a su vez, se ha traducido en una mejora de las notas, tal y como recoge el estudio Pensamiento computacional y programación en Samsung Smart School: en el curso 2018/19, Samsung Smart School contribuyó a mejorar las calificaciones de los alumnos en Matemáticas, Lengua, Ciencias Sociales y Ciencias Naturales entre un 3,4% y un 7,2%.

Para llegar a estos resultados, el programa Smart School de Samsung facilita un cambio metodológico en la enseñanza. Cambia la manera de aprender y la forma de enseñar mediante el trabajo en proyectos colaborativos con la ayuda de la tecnología. Como resultado, tanto el profesorado como sus metodologías de enseñanza se transforman. El uso de herramientas como tabletas o smart TVs en el aula, junto a la mejora del acceso a internet y el apoyo de los docentes, cambió por completo la manera de enseñar a los alumnos del CEIP de Entrambasaguas.

“La tecnología en los entornos rurales tiene una importancia vital, porque es la forma de igualar las posibilidades de estos alumnos con las de los que viven en las capitales”

Samsung Smart School ha facilitado 2.100 tabletas y 104 pantallas de 65’’a más de 100 aulas de 5º y 6º de primaria en 40 colegios

“Hemos visto que el uso de tabletas se ajusta muy bien a los diferentes ritmos de aprendizaje en el aula”

Raquel Rodríguez, maestra del CEIP Aguanaz de Entrambasaguas

Un cambio total

“El primer año estábamos todos un poco a la expectativa, todo era nuevo. Hoy ya no entendemos trabajar en nuestro centro sin la tecnología”, asegura Raquel Rodríguez. “El papel del profesor ha cambiado, el giro es brutal. Ya no son las clases magistrales donde el alumno recibe el contenido, pero no lo realiza. Ahora, nosotros lo acompañamos y cooperamos entre todos. Nuestro papel ya no consiste en transmitir la información, sino que la información se comparte y se analiza entre todos. Nosotros actuamos como guías, como ayudantes para que los alumnos puedan acceder a los aprendizajes”.

Esa transformación que facilitó Samsung Smart School se dejó ver pronto en las aulas de Entrambasaguas. Así lo recuerda Aarón San Jorge: “Hicimos un proyecto con Raquel que nos permitió poner en práctica todo lo que habíamos aprendido. Era una guía sobre países de Europa. Teníamos que hacer trabajo de investigación con las tabletas sobre los distintos países. Había códigos QR por el colegio que teníamos que leer con las tabletas para acceder a la información que necesitábamos. Raquel nos ayudaba y nos aconsejaba. Fue una experiencia muy buena”.

Junto al uso de dispositivos electrónicos como las tablets, la formación de los profesores que participaban en Samsung Smart School facilitó esa transformación. “Raquel se involucró muchísimo en el proyecto desde el primer momento. Siempre nos ayudaba en cualquier cosa, ya sabía lo que tenía que hacer. Si había un problema con las tabletas, siempre era la primera a la que llamaban en el colegio. Creo que fue importante el proyecto, pero sin ella no hubiese sido lo mismo”, aclara su antiguo alumno.

Ese fue, sin duda, el secreto del éxito de la implantación del programa Smart School de Samsung en el colegio de Entrambasaguas: la compañía puso los dispositivos, la formación para docentes y la investigación. Raquel Rodríguez, sus compañeros y alumnos, la ilusión y el trabajo necesarios para sacarles partido. “Empezamos en el proyecto seis profesores y luego se fueron uniendo más, incluso de otros cursos. Comenzamos en 5º y 6º, pero ahora el profesorado de 3º y 4º ha visto los resultados de esa manera de trabajar y quiere continuar esa misma línea”, explica la docente.

Apoyar la igualdad de oportunidades

La adquisición de habilidades y competencias digitales es básica para evitar que los alumnos se queden atrás. Favorecerla contribuye a mejorar la igualdad de oportunidades y a evitar la exclusión social. En este sentido, el acceso a la tecnología por parte de los alumnos es fundamental. “La tecnología en los entornos rurales tiene una importancia vital, porque es la forma de igualar, en cierto modo, las posibilidades de estos alumnos respecto a otros que viven en otras zonas, como las capitales. En su momento, cuando comenzamos con el proyecto Samsung Smart School, había alumnado en nuestro centro cuyo único acceso a un aparato electrónico era el propio cole. Fue vital para poder dar las mismas oportunidades a todos. Nuestra filosofía en la escuela pública es que todo el mundo tenga la posibilidad de acceder a lo que quiera y cuando quiera, y que nosotros pongamos los medios. Samsung nos lo posibilitó en ese momento. Y la verdad es que ha sido fantástico”, recuerda Rodríguez.

“Cuando llegué al instituto, noté que teníamos unas capacidades que chicos de otros colegios no habían desarrollado”

Aarón San Jorge sirve como prueba viviente de lo que el uso de tecnología y la competencia de los docentes puede hacer por un alumno. “Gracias al proyecto Samsung Smart School he podido desarrollar capacidades de autonomía y organización que me han ayudado mucho en mi carrera universitaria”, asegura. Esa igualdad de oportunidades no solo se extiende entre centros, sino también dentro de las propias aulas. “Hemos visto que el uso de tabletas se ajusta muy bien a los diferentes ritmos de aprendizaje en el aula”, explica la maestra. “En el caso de los alumnos con necesidades especiales, desde el primer año nos dimos cuenta de que la tableta ayudó a mejorar su aprendizaje a niños que tenían dificultades importantes”.

Hoy, el profesorado del CEIP de Entrambasaguas continúa desarrollando una nueva manera de enseñar, una vez finalizado que el programa Samsung Smart School. Sus profesionales siguen acompañando a los alumnos en el que tal vez será el proceso con mayor relevancia para su futuro y el del resto de la sociedad: su formación.  “Realmente, lo que más me gusta de mi profesión es poder acompañar a los niños en su proceso de aprender, saber que formo parte de su proceso de aprendizaje. Pensar que he puesto mi granito para que construyan su vida y sean grandes personas en un futuro”, finaliza Rodríguez.

Raquel Rodríguez y Aarón San Jorge compartieron aula en la localidad cántabra de Entrambasaguas como profesora y alumno. Samsung Smart School fue la pieza clave en una relación que puso a la tecnología al servicio de maestros y estudiantes para revolucionar la manera de aprender y relacionarse. “Gracias al proyecto Samsung Smart School he podido desarrollar capacidades de autonomía y organización que me han ayudado mucho en mi carrera”, afirma hoy desde la universidad San Jorge. Su profesora está totalmente de acuerdo y subraya la importancia fundamental de romper la brecha digital en los entornos rurales, algo que la compañía consigue gracias a su proyecto Tecnología con Propósito: “La tecnología en los entornos rurales tiene una importancia vital, porque es la forma de igualar las posibilidades de estos alumnos respecto a otros que viven en otras zonas, como las capitales».