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Cuenta atrás para las calderas de gasóleo y carbón

Nedgia

Eficiencia, ahorro y cuidado del medio ambiente: claves para elegir una nueva caldera

Está claro que hay que buscar alternativas a las viejas calderas de carbón y de gasóleo. El gas renovable es la alternativa tanto por su eficiencia como por el ahorro, pero ¿qué necesitamos saber para elegir la caldera más eficiente y ahorradora?

Ana Belén Madrid

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Calentar tu casa gracias a los desperdicios del vertedero municipal? ¿Ducharte sacando partido a desechos agrícolas? Puede sonar futurista, pero no lo es porque los gases renovables como el biometano son una realidad cada vez más patente en España. De hecho, cada vez hay más proyectos que aprovechan los gases renovables producidos a partir de residuos orgánicos, forestales, agrícolas o ganaderos de granjas. Esto ya ocurre, por ejemplo, en el vertedero de Cerdanyola y en esta granja de Lleida; y en A Coruña hay un bus que se mueve con biometano generado por sus aguas residuales. Se trata de una apuesta por la economía circular que puede ayudar a la sociedad a reducir su huella de carbono y su factura energética. Aprovechar esta energía es tan sencillo como sustituir una caldera antigua de gasóleo o carbón por una de gas natural. Pero, ¿qué diferencias hay entre unas y otras? ¿Cómo elijo una nueva caldera? ¿Qué voy a notar en mi casa y mi factura?

¿Qué ventajas tiene elegir una caldera de gas?

Las calderas de gas natural presentan ventajas importantes frente a otras alternativas más contaminantes como el carbón o el gasóleo. Si, además, utilizan gas renovable como el biometano, permiten aprovechar todas las ventajas asociadas al uso de este gas, como su importante contribución a la economía circular y a la descarbonización energética del país. “Las ventajas son significativas en términos de eficiencia energética, comodidad y sostenibilidad ambiental. Esto convierte a las calderas de gas natural y, por extensión, a las de biometano en una opción más limpia, segura y rentable en comparación con las calderas de carbón u otros combustibles más contaminantes”, anticipa Joan Batalla, presidente de la Asociación Española del Gas (Sedigas).

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¿Qué es el gas renovable?

Los gases renovables son una alternativa muy interesante para la descarbonización del país. Forman parte de la economía circular y se consideran una alternativa sostenible a los combustibles fósiles. “El gas renovable o descarbonizado es un tipo de gas que se produce a partir de fuentes de energía renovables y que, en el ciclo completo desde su producción y hasta su uso, no emite gases de efecto invernadero”, explica Batalla. Entre estos gases renovables encontramos el biometano, que se produce a partir de materia orgánica. Este gas renovable presenta múltiples ventajas respecto a otras fuentes de energía. “El uso del biometano ayuda a reducir la dependencia de los combustibles fósiles y las emisiones de gases de efecto invernadero. También fomenta una gestión eficiente de los residuos y, por tanto, la economía circular”, destaca el presidente de Sedigas.

Además, al reducir la dependencia de los combustibles fósiles, el aprovechamiento del biometano aumenta la independencia energética del país, sobre todo si tenemos en cuenta que nuestro país lo tiene todo para convertirse en una potencia mundial del biometano: según el Estudio de la capacidad de producción de biometano en España, realizado por Sedigas en colaboración con PwC y Biovic, España podría llegar a cubrir hasta el 45% de la demanda nacional de gas natural, lo que supondría poner en marcha 2.326 plantas especializadas, con una inversión de casi 40.500 millones de euros que generaría cerca de 62.000 empleos directos e indirectos, y evitar la emisión de 8,3 millones de toneladas de metano a la atmósfera y, lo más llamativo, un ahorro de hasta 4.000 millones de euros en la factura de los consumidores si tomamos como referencia el consumo de 2022.

“Las calderas de gas natural y biometano son una opción más limpia, segura y rentable”

Joan Batalla, presidente de Sedigas

¿Qué es una caldera de gas renovable?

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¿Dónde instalar una caldera de gas renovable?

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¿Hay que hacer alguna reforma para poder utilizarlas?

No, no es necesario realizar adaptaciones técnicas a las calderas de gas natural que ya estén instaladas. Esto es así porque el biometano y el gas natural tienen las mismas características. Tampoco es necesario cambiar radiadores u otros equipos receptores. “Cualquier tipología de vivienda con una instalación de gas tradicional ya en funcionamiento podría utilizar ese gas renovable como sustitutivo, sin tener que realizar ningún tipo de reforma, por lo que podemos contribuir a la descarbonización del sector de la edificación”, explica Joan Batalla. En el caso de que la vivienda no cuente con instalación de gas natural, sí que habría que efectuarla e instalar una caldera adecuada.

El potencial del biometano en España

¿Cuáles son las ventajas de las calderas de gas renovable?

Menor emisión de contaminantes: por el hecho de usar un gas renovable, como el biometano, que es de emisiones neutras, estas calderas emiten menos contaminantes al medio ambiente. El gas natural convencional es un combustible más limpio que el carbón y el gasóleo, porque su combustión produce menos emisiones de carbono (CO2), óxidos de nitrógeno (NOx), óxidos de azufre (SOx) y partículas finas (PM).

Eficiencia energética: las calderas de gas convencional y biometano son más eficientes energéticamente que las de carbón y gasóleo. Esto significa que son capaces de convertir una mayor proporción del combustible en calor útil, lo que se traduce en un menor consumo de combustible y, por lo tanto, en una reducción de los costes de energía. Una caldera de condensación a gas llega a tener un rendimiento del 110%, ya que aprovecha el calor que generan los humos condensados producidos en la combustión.

Comodidad: las calderas de gas son más cómodas y fáciles de usar que las de carbón, ya que no requieren almacenar o manipular grandes cantidades de combustible. La capacidad de generar agua caliente sanitaria de manera inmediata/instantánea es inigualable a cualquier otro tipo de combustible (carbón, gasoil, etc..).

Mayor vida útil: las calderas de gas tienen una vida útil más larga que las de carbón y gasoil, ya que no producen residuos sólidos que puedan dañar los componentes. Además, las calderas de gas requieren menos mantenimiento que las de carbón, lo que significa que se ahorra en costes de mantenimiento a largo plazo.

¿Cómo llega el gas renovable a la caldera de una vivienda?

Los gases renovables como el biometano llegan a las viviendas exactamente igual que el gas natural. Esto es así porque se puede aprovechar la red ya existente para su distribución. Tampoco en este caso hay que hacer obras, tal y como explica el presidente de Sedigas: “el biometano puede utilizar sin ningún tipo de adaptación las mismas redes de transporte y distribución por las que hoy discurre el gas natural. Por tanto, los clientes tienen acceso a esta energía de la misma forma en la que llega ahora a sus viviendas, sin necesidad de realizar inversiones adicionales”.

UN
RECURSO
POR APROVECHAR

El uso de gases renovables es una alternativa prometedora para España. Su gran potencial de producción ayuda, por un lado, a aumentar la seguridad energética del país, al hacerlo menos dependiente de importaciones de energía. Además, abre nuevas oportunidades económicas y puede contribuir decisivamente a cumplir con los objetivos de descarbonización. Todo ello, a partir de residuos como el agua que dejamos correr por el fregadero e inodoro o restos de alimentos. ¿A que suena muy bien?