Empezó como afición, se convirtió en trabajo y ahora es terapia: así ha cambiado la lana de oveja la vida de Teté
Es una de las pocas personas de Galicia con licencia para trabajar la lana de oveja autóctona gallega. Su pasión le ha llevado a investigar sobre sus múltiples aplicaciones, consiguiendo revalorizar un producto considerado como residuo
Te quedas a comer y preparamos unas tortillas?» Cariñosa hasta la médula, esto es lo primero que Teté pregunta cuando alguien cruza la puerta de su casa. En el patio, algunas lanas acaban de ser tintadas y otras, movidas por una suave brisa, se secan tendidas al sol. Enseguida se acerca a saludar Ruliña, su simpática perra palleiro, una raza autóctona de Galicia que se encuentra en peligro de extinción. No se puede declinar así como así la invitación a comer de la que es jefa de cocina en la marisquería Cetárea de San Felipe, donde trabaja con su hermana Marta: «Yo he dado de comer a Premios Nobel, a actores, a Sergio Dalma… pero para mí todas las personas son iguales, famosas o no famosas, yo no hago distinciones», asegura Teté Mareque. Así que su casa siempre se llena de gente sentada alrededor de la mesa, una clara muestra de que, como ella dice, “trabaja siempre en equipo”.
«El retrato no es solo Teré Mareque, representa a toda la gente que está conmigo», dice refiriéndose a los ganaderos y artesanos con los que colabora. «Yo siempre hablo en plural, ‘mis’ proyectos son ‘nuestros’, porque somos muchos». Su rostro, retratado por el icónico artista británico David Speed, ocupa una pared de Ferrol, como parte de la exposición comisariada por Estrella Galicia, ‘Las Estrellas del Camino’, la galería al aire libre más extensa del mundo que suma este año otros 126 kilómetros entre Reino Unido y Santiago para homenajear a todas a aquellas personas que, como Teté, mantienen su esencia a los pies del Camino de Santiago. «Cuando lo vi no lloré porque me dio vergüenza, pero me emocioné muchísimo», reconoce la artesana, que acudió con su hija a contemplar el mural cuando David Speed lo estaba terminando: «David y yo nos dimos un abrazo enorme, y enseguida se asomó una vecina del edificio de enfrente que no paraba de decir “eres tú, eres tú”, y yo: “sí, soy yo, soy”. Esta señora me pidió que subiera a su casa, no nos conocíamos de nada pero allá que fuimos mi hija y yo. Y me fue mostrando cómo desde toda su casa, yo parecía que le estuviera mirando a través del retrato, fue muy divertido», cuenta entre risas Teté.
Pasión por la lana de oveja
Su trabajo como jefa de cocina en la marisquería no le ha impedido a Teté iniciarse en un nuevo oficio desde hace cuatro años: artesana de lana de oveja, algo que consigue compaginar gracias a, como reconoce, “acostarse tarde y despertarse pronto”.
La pasión le vino de repente: vio a unas señoras hilando en los alrededores de su pueblo, Ferrol, y se dijo a sí misma: “esto tengo que aprenderlo”. Se confiesa autodidacta y le mueve un objetivo muy claro: compartir la calidad de la lana autóctona y sus trabajos con los demás artesanos. Su primera rueca vino de Rusia, «una muy chiquitita que aún conservo», y empezó esquilando a las ovejas de sus vecinos. Enseguida se dio cuenta de que había encontrado un trabajo que le apasionaba y contactó con Xoán González, muy conocido en la región y propietario de la granja A Ciruxana, en Ardexarse (Ourense). «Empecé queriendo esquilar a sus ovejas autóctonas gallegas y surgió una amistad, ahora nos llamamos todos los días. Ahí fue donde comenzó esta aventura».
“El retrato no solo soy yo, representa a todos los ganaderos y artesanos que están conmigo, porque esto es un trabajo de equipo”. Teté Mareque, artesana.
Una aventura que condujo a Teté a desarrollar su primera gran iniciativa: el proyecto Ardexarse, con el objetivo de recuperar toda la lana que se tira como residuo de la esquila para sacarle rendimiento gracias a su estupenda calidad. Quienes se acercaron hasta la muestra pudieron contemplar piezas únicas realizadas con lana autóctona gallega, procesada artesanalmente y trabajada con distintas técnicas: encaje, telares, pintura, hilado, cuero, bordado, cerámica… Incluso hubo poesía de la mano de Nieves Filgueira, una pastora de Viana do Bolo. «Nos juntamos 22 artesanos, tres internacionales… fue una maravilla de exposición».
Y desde entonces, no ha dejado la afición: «Me di de alta en autónomos, busqué un lavadero en León porque la lana que se comercializa no se puede lavar en casa, además cada lana tiene que ir independiente para después poder seguir su trazabilidad… Y este año, con Xoán esquilamos 550 ovejas».
No solo trabaja la lana de oveja, también el pelo de los perros paillero. «Este año fui a Silleda (Pontevedra) y me dieron un reconocimiento por ayudar a conservar la raza», cuenta Teté, que reconoce que tardó tres años en fabricarse un chal con el pelo de su perra Rula. «Cuando me ve con el coso de peinarla me escapa», afirma entre risas.
Estrella Galicia
Empezó siendo un hobbie y ahora es su terapia
Ropa, mantas, botas con aislamiento térmico… pero si hay una creación que Teté Mareque destaca son sus muñecos: «Son exclusivos míos y arrasan por donde pasan. No los vendo porque estoy enamorada de ellos. Hago ‘viejiñas’, surfistas, zapateros, gaiteiros… Son únicos y exclusivos porque no repito ninguno, y además tampoco conozco a nadie que los haga», asegura la artesana, que promete que fabricará algunos exclusivamente para vender más adelante.
No solo la lana, Teté Mareque también trabaja el pelo de perro palleiro, una raza autóctona gallega que se encuentra en peligro de extinción.
Teté le roba horas al sueño para compaginar su casa, su trabajo en la marisquería y su afición por la lana de oveja. Se ha ido formando en un oficio tan ancestral que hasta tiene en cuenta al viento: «Lo primero que hago es mirar el tiempo, y como vea que hace un tiempo bonito de sol, hago las camas y me bajo al taller, me pongo a mirar lana, la lavo, hago estampizado… yo me levanto pensando en la lana. No puedo perder el tiempo. Mis 8 horas con la lana las dedico todas los días porque para mí es una terapia, cuando estoy con la lana me vuelan las horas y no pienso en nada. Me meto en las cinco de la mañana sin darme cuenta», reconoce la gallega, que lava la lana con agua de su pozo y no utiliza jabón para no alterar el ph. Controla los cambios de temperatura y evita los choques térmicos para que la lana no se apelmace. Su proceso continúa: escarmenado, cardado e hilado, donde usa una rueca de pie. Después enmadeja la lana y la lava de nuevo. Ahora está lista para trabajar con ella.
El artista urbano del neón
DAVID SPEED
No firma sus obras porque son inconfundibles. Su dominio del claroscuro le ha llevado a conseguir un estilo único muy característico, que obtiene utilizando un fondo negro para resaltar las áreas brillantes de sus retratos.
David Speed, con sede en Londres, da forma a enormes pinturas con brillos que provocan la sensación de estar contemplando un neón gracias a sus juegos de luces y sombras. Es exactamente el efecto que ha conseguido en la exposición de Estrella Galicia, ‘Las Estrellas del Camino’, donde David ha realizado los cinco murales que acompañan al peregrino desde Reading hasta Santiago. La idea de crear sus obras como si estuvieran influidas por una luz de neón surgió de manera accidental en 2018: «Tras ver el resultado me gustó y seguí pintando algunas piezas más», afirma el artista, cuyos retratos titulados ‘Signature Neon’ dejan con la boca abierta a todo el que pasa por el londinense barrio de Shoreditch. Después de la pandemia, donde pasó días pintando el hueco del ascensor y el techo de su edificio, sus trabajos se viralizaron gracias a las redes sociales, y ahora es uno de los artistas más buscados del momento. «La gente empezó a comentar en mis redes sociales que mi trabajo les alegraba el día», cuenta David, que ya acumula más de 111.000 seguidores en su cuenta de Instagram @davidspeeduk.
Una ‘estrella’ para el peregrino
“La lana para mí es una terapia, cuando estoy trabajando con ella me vuelan las horas y no pienso en nada”
Teté Mareque, artesana
No hay quien pase por la puerta abierta de la marisquería donde trabaja Teté a quien no le ofrezca una botella de agua para continuar su travesía hasta Santiago. «No preocuparos que yo os doy agua», repite Teté, quien no hizo el Camino por falta de tiempo, aunque su marido trata de convencerla. «Mi hija lo hizo con el cole y fue una experiencia fantástica para ella», afirma la artesana.
«Estoy muy contenta de que Estrella Galicia me haya elegido para este proyecto porque yo represento a toda la gente que colabora para procesar nuestra lana y demostrar sus múltiples utilidades», concluye Teté, evidenciando, una vez más, que igual que también ocurre en el Camino, la unión hace la fuerza.
La exitosa exposición de Estrella Galicia amplía su recorrido con una nueva galería
artística que une las seis etapas del Camino Inglés entre Reino Unido y Santiago.
Triunfó en 2021 y 2022 y lo vuelve a hacer este año: después de la excelente acogida de ‘Las Estrellas del
Camino’, la exposición al aire libre más extensa del mundo, Estrella Galicia ha seguido sumando kilómetros a su
museo para volver a rendir su particular homenaje a todas las personas que mantienen viva la esencia del Camino de
Santiago y acompañan a los peregrinos entre las etapas de Reading (Reino Unido) y Santiago de Compostela. Para
ello, la muestra se amplía en 126 kilómetros y cinco murales realizados por el artista urbano del neón David
Speed. Muy cerca de cada retrato se ha colocado un hito para explicar la historia de las personas homenajeadas,
sin las cuales no sería posible el Camino de Santiago. El Camino Inglés, junto con el Portugués y el Francés, dan
forma a las tres galerías que ya ocupan más de 500 kilómetros en total, lo que demuestra la gran dimensión de esta
acción social y cultural.
Créditos
Proyecto coordinado por:
Arántzazu García
Redacción:
Laura Fortuño
Dirección de Arte y Diseño UI:
Alessandro Marra
Desarrollo y maquetación:
Pelayo Trives
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