Déjate atrapar por los sabores de las mejores huertas en un viaje a través de los sentidos
Te invitamos a un recorrido por siete alojamientos con historia y huerto propio, que ofrecen un estilo de vida saludable, sostenible y puramente delicioso. Prepara cuchillo, tenedor y cuchara porque no te dejarás nada en el plato
Siempre has dicho que no hay nada como poder cultivar tus propias frutas y verduras. Te encanta soñar con tener tu propio huerto y de hecho todavía fantaseas con la posibilidad de hacerte con uno urbano. Sin embargo, las responsabilidades personales y profesionales parecen alejarte de esta meta saludable para ti y sostenible para el medio ambiente.
Sin embargo, hay una solución para que puedas vivir en tu propia piel la experiencia de degustar platos de temporada realizados con productos 100% naturales. Unos manjares libres de pesticidas y químicos que podrás probar en los restaurantes de algunos de los Paradores españoles que disponen de sus propios huertos. Un plus dentro del circuito gastronómico ya que en sus cartas son el reflejo de la mejor materia prima de cercanía, fresca y ecológica.
A continuación, te presentamos algunos de los Paradores en los que podrás descubrir una propuesta totalmente diferenciadora en la que encontrarás variedad de plantas aromáticas y plantas comestibles que enriquecen cada plato. Si tienes suerte, y no dejas nada en el plato, puede que sus chefs te inviten a visitar el huerto.
Una despensa natural a 30 minutos de Madrid
El Parador de Chinchón ha alojado entre sus paredes a ilustres huéspedes como Tina Turner, Mark Knopfler, Tom Hanks y Scarlett Johansson durante el rodaje de la película de Wes Anderson, Asteroid City. Aunque a día de hoy, hemos de decir que su mejor invitado permanente es el huerto que se aloja en su maravilloso jardín.
En él se cultivan nísperos, que encontrarás en tu habitación a modo de regalo cuando la época lo permite y también membrillos (cuando la estación lo sugiere) que se utilizan para elaborar membrillo casero en invierno para el buffet. Una delicia si lo untas en pan tostado y le añades un poco de queso fresco. Además, en este huerto también encontramos hierbabuena, lavanda, albahaca, fresas, tomates, melones y hasta calabazas. Por no hablar de las siempre nutritivas avellanas, almendras y nueces.
Una despensa ecológica que te permitirá pasar unas vacaciones relajantes y sin preocuparte por tu peso ni por tu colesterol.
Un huerto con vistas a el Palacio del Generalife
Lo has adivinado. Nos referimos, cómo no, al Parador de Granada. Porque si hay un huerto que pueda presumir de estar ubicado en el corazón de la misma Alhambra, es éste. Sus plantas aromáticas (albahaca, tomillo, romero, menta, alcaravea, hierbabuena, hierbaluisa, salvia, mejorana, orégano, arrayán, eneldo, hinojo, cebollino, cilantro…) se ubican en los arriates de los jardines bajos del Parador.
Esto te permitirá disfrutar del trabajo que realiza el equipo de cocina del Parador a la hora de recolectar los productos para la decoración y la confección de los platos. Todo un privilegio observar este huerto dando un paseo por sus árboles frutales como los granados y los limoneros, y respirando el aroma de sus preciosas plantas florales como las clavelinas, los pensamientos, las rosas de pitiminí y el azahar. Un verdadero deseo árabe.
A la rica papa canaria
El Parador de La Palma cuenta con una huerta agroecológica en la que se obtienen las mejores calabazas, boniatos, papas, perejil y tomillo. Un auténtico tesoro envuelto en un paisaje volcánico que se encuentra rodeado de enormes jardines donde encontramos hasta 70 especies, algunas de ellas autóctonas, como los dragos, los tajinastes y las tabaibas.
La ya de por sí deliciosa gastronomía regional canaria adquiere una nueva dimensión gracias a esta técnica 100% orgánica que transcurre en un enclave idílico que mira al mar. Un retiro para desconectar y pensar en una sola cosa, cuidarse.
Verde que te quiero verde
Tierra de olivos, el Parador de Jaén se erige majestuoso en un conjunto arqueológico de origen árabe que vigila la ciudad desde lo alto del cerro de Santa Catalina. Una privilegiada posición en la que ha encontrado espacio para incluir un huerto exclusivo de plantas aromáticas. Porque el sabor lo es todo en la cocina de alto nivel, los cocineros se esmeran por dar cabida en sus platos al romero, el tomillo, la menta, la hierbaluisa…
Unas plantas que aderezan los platos de la cocina regional jienense que podrás degustar en su monumental comedor de grandes arcos ojivales y con una inmensa bóveda interior. Desde sus mesas podrás contemplar unas excelentes vistas panorámicas de los montes de Sierra Morena.
Un destino con tesoros ocultos
El monasterio de San Pedro acoge uno de los Paradores más espectaculares del Norte de España. Ubicado en Cangas de Onís, este Parador ha preferido dar todo el protagonismo a las hierbas aromáticas. Una joya de la que salen condimentos imprescindibles: orégano, albahaca, hierbabuena, hierbaluisa, tomillo, romero… Todos ellos, utilizados en su máximo frescor para la preparación de los platos típicos asturianos como son los pescados de las zonas cercanas de Ribadesella o Llanes o las legumbres como verdinas y fabes.
Un edificio que con 1.200 años a sus espaldas es consciente de que no debe quedarse atrás en el cuidado del planeta y en la elaboración de productos naturales para preservar la historia y la gastronomía de nuestros antepasados.
Manos a la obra, y al huerto
El Parador de Argómaniz cuenta con un pequeño huerto en el que se cultivan hortalizas y verduras como lechugas de dos variedades, remolacha, tomates, judías verdes o calabacines. También se pueden encontrar plantas aromáticas que además de adornar el jardín vertical de la cocina del Parador, resultan de lo más útiles para atraer a los insectos y así evitar plagas en las plantas.
No puedes irte del Parador sin disfrutar de el precioso jardín, con vistas a la llanura alavesa y a la Sierra de Gorbea, un entorno idílico perfecto para desconectar y relajarse y entrar en contacto con la naturaleza.
No es solo comer, es saborear
Cuando hablamos de huertos, hablamos de mucho más que cultivar alimentos. Nos referimos a tener acceso a productos totalmente naturales cuyos sabores convierten la gastronomía en una experiencia sensorial irrepetible. El Parador de Ávila es nuestra última parada en la que degustar un chuletón de ternera o unas judías de El Barco acompañados de las mejores hortalizas y verduras recién llegadas de su pequeño huerto. Pide de postre las fresas (si es temporada) porque también las cultivan ellos. Una comida o cena gourmet con vistas al casco histórico de la ciudad y a su monumental muralla.
Puede que este Parador se ubique en un antiguo palacio del siglo XVI, pero dudamos que sus ocupantes comiesen joyas culinarias como las que tú degustaras.
Destinos con encanto para viajeros únicos
Créditos
Estrategia de contenidos: Prado Campos
Fotografía: Andrés Martínez Casares