El mejor regalo: una oportunidad vital
Las oportunidades que nos brinda la vida protagonizan la emotiva campaña navideña de Ayuda en Acción
La Navidad es, por excelencia, la época de las buenas intenciones. De los regalos y las reuniones con los seres queridos. Pero también de reflexionar sobre nuestras acciones y el efecto que tienen en los demás. De reinventarnos e intentar, en la medida de nuestras posibilidades, ser personas un poco mejores, empáticas y solidarias.
Ayuda en Acción lleva más de 40 años generando oportunidades en las etapas claves de la vida de las personas, en las que la organización les acompaña para que puedan tener un futuro mejor. En el marco de ese compromiso, la organización ha puesto en marcha su campaña ‘En su oportunidad estás tú’, con la que busca sensibilizar frente a la situación que viven aquellos que han tenido menos oportunidades que nosotros.
Uno de los proyectos más relevantes es el que desarrolla en Mozambique, y más concretamente en la provincia de Cabo Delgado, que tiene la tasa de analfabetismo más alta del país: en torno al 60,7% de las personas carecen de habilidades para la lectura y escritura, una cifra superior a la media nacional que ronda el 44%. Para combatir este fenómeno, el proyecto educativo de Ayuda en Acción está llevando a cabo la formación en Derechos Humanos de más de 200 adolescentes de siete escuelas primarias del distrito de Metuge.
Latinoamérica también es uno de los escenarios donde más ha puesto el foco Ayuda en Acción. En Colombia, proyectos como Cacao para la Paz trabaja para empoderar a las mujeres de Nariño, una de las regiones más castigadas por el conflicto armado, e impulsar las cadenas de valor. En Bolivia, la organización apoya la educación técnica, tecnológica y productiva a través del Bachillerato Técnico Humanístico (BTH), con el que se apoyan las oportunidades de la juventud en las regiones de Amazonía, Chaco y Valles. Y en México, AeA trabaja para hacer frente a las vulnerabilidades, los riesgos y el abandono que sufren las mujeres migrantes, creando nuevas oportunidades socioeconómicas y fortaleciendo los mecanismos de protección integral.
Pero a veces no es necesario irse muy lejos para encontrar personas que necesiten una oportunidad. Prueba de ello son los proyectos que Ayuda en Acción desarrolla en la vecina Portugal. En el barrio lisboeta de Loures, la organización promueve toda una serie de iniciativas de autoempleo entre mujeres en riesgo de exclusión social a través de una escuela de formación en costura y confección que imparte cursos en diferentes áreas y talleres sobre asesoría laboral y emprendimiento. Además, se forma a las participantes en habilidades profesionales como el dominio de técnicas de costura, diseño de patrones o la reutilización creativa, así como en competencias empresariales para desarrollar un plan de negocio o aprender técnicas de venta y marketing. El objetivo último, que esas mujeres puedan desarrollar y mantener su propio negocio para así generar un impacto transformador no solo en sus vidas, sino en las de sus familias y comunidades.
Una mano amiga
La campaña de Ayuda en Acción ha conmovido a los actores Miguel Ángel Muñoz y Marta Hazas quienes, con sus historias personales, se han convertido en embajadores de la misma. “Las oportunidades definen nuestras vidas”, reflexiona Miguel Ángel Muñoz, a quien hemos visto en series como ‘Un paso adelante’, ‘Amar es para siempre’, ‘Sin Identidad’ o ‘Presunto Culpable’, además de como director en la entrañable ‘100 días con la tata’ y al frente de su propio proyecto musical. “A veces no está en nuestra mano: uno cree que es merecedor de algo, pero si no hay alguien que te ayude y te tienda la mano, a veces la oportunidad no llega nunca”.
El actor ha contado a Ayuda en Acción cuál ha sido la gran oportunidad de su vida: “El director y ahora grandísimo amigo Jesús del Cerro me llamó por teléfono y me preguntó: ¿Sabes bailar?” Y le dije: no, pero ya sabes que hago lo que haga falta. A los tres días me llamaron para hacer las pruebas de ‘Un paso adelante’. No había tomado clases de baile en mi vida, pero encontré un cursillo. Y a pesar de que estaba a un nivel inferior que el resto, les dije que si me daban la oportunidad me iba a dejar la piel para no desentonar. Esta oportunidad me cambió la vida, y sobre todo a nivel de actitud: me di cuenta de que con trabajo y dedicación se puede conseguir casi cualquier cosa”.
“Las oportunidades no llueven del cielo: hay que tener en la cabeza que hay que buscarlas, pero es verdad que uno solo no puede”, añade Marta Hazas. “Mi primera gran oportunidad en la vida fue haber tenido la suerte de haber nacido en un entorno que me ha dado todas las herramientas educativas y me ha empoderado para que yo pudiera sentirme libre y ser lo que quisiera ser”, cuenta. “Además, mi vida también ha estado llena de pequeñas oportunidades sin las que no hubiera sido posible dedicarme a mi sueño, como la primera representante que apuesta por ti. A veces esas primeras oportunidades no consisten en nada material, sino en personas que te vas encontrando en la vida y que un día te dicen una palabra clave o te van dando herramientas para confiar en ti misma y no ponerte un techo”.