Emprendedores que mejoran el medio rural a través del ingenio y la sostenibilidad
Los ganadores de los IV Premios BBVA a los Mejores Productores Sostenibles se erigen como ejemplo a seguir para quienes apuestan por el entorno rural a la hora de emprender. Hacerlo de forma sostenible y responsable es, además de un reto, una defensa de sus valores y una oportunidad de crecimiento
Si emprender en el medio rural no parece fácil, hacerlo siguiendo los parámetros de la sostenibilidad se antoja aún más complicado. Si, además, se busca revitalizar pueblos semiabandonados, beneficiar a la comunidad con medidas sociales y, en definitiva, aportar riqueza a la zona, el empeño representa todo un desafío. Sin embargo, cada vez más emprendedores afrontan los obstáculos y se ponen manos a la obra. Y lo mejor: con resultados que alcanzan la excelencia convirtiéndose en ejemplo para los demás.
“Sus historias sirven para inspirar a otros a lanzarse a la aventura del emprendimiento sostenible en el ámbito rural”, dice Alberto Cano, director de pymes de BBVA en España. En efecto, detrás de cada una de estas pequeñas empresas hay historias apasionantes que revelan su valía y diversidad. Unas son de nuevo cuño, otras de larga tradición; algunas son familiares, otras, cooperativas de vecinos. Tienen en común la alta calidad de los alimentos que producen y un sólido respeto por el medioambiente y las personas.
Hace cuatro años, BBVA decidió que esas historias merecían ser sacadas a la luz; para ello, creó los Premios a los Mejores Productores Sostenibles, que reconocen la labor de agricultores, ganaderos y productores de alimentos en general que cumplen con esmero tales requisitos. “Queremos dar visibilidad al emprendedor sostenible y acompañarlo”, indica Alberto Cano. Junto con los impactos positivos en el medioambiente, en la edición de 2023, cuarta de tan loable iniciativa, se ha puesto el foco en el impacto social. Es decir, “que los proyectos también hayan cambiado para bien la comunidad en la que operan”, añade el directivo, que ejerció de anfitrión en el encuentro que reunió en la sede central de BBVA en Madrid a los productores galardonados de 2023.
Los esfuerzos de estos emprendedores dan como resultado productos de excelente calidad. Tanto es así, que formarán parte de una receta elaborada por los hermanos Roca, de El Celler de Can Roca (Girona), colaboradores de los premios. “Como cocineros y productores —expresa Joan Roca, presente en el acto—, sentimos que debemos apoyar sus productos. Entendemos que es el camino por donde debemos ir. Se trata de volver a los orígenes, a trabajar la tierra con cariño. Hay que mirar hacia atrás para ir hacia delante”.
Nueva vida para el entorno rural
Que el campo es un medio idóneo para emprender lo constatan varios de los premiados. Los hermanos Juan Rafael y Alfredo González, de Suerte Ampanera en Colmenar Viejo (Madrid), proceden de una familia ganadera. Se dedicaban a otras profesiones, pero en un momento de su vida experimentaron la llamada de la tierra y decidieron montar en la finca de sus abuelos una explotación para producir queso de cabra ecológico. No conformes con ello, trabajan para mejorar las condiciones del medio, y han instalado nidos para aves en peligro de extinción. “Una granja ecológica debe ser un sistema integrado que favorezca el entorno”, explica Juan Rafael.
Caso similar es el de Jenifer Santos, de Quesos Aborigen en Arafo (Tenerife) quien dio un nuevo rumbo a su vida para dedicarse a pastorear, como su abuelo, y a elaborar queso de cabra ecológico.
También de familia ganadera proviene Jaume Jordana, cofundador de Ecológica de los Pirineos (Lleida). Estudiaba en Barcelona cuando, con su mejor amigo, Marc Chimisana, pensó en crear una firma para dar salida a la carne de las vacas de sus padres. La comercializan en envases que no dañan el medioambiente. Su filosofía: “Queremos transmitir al consumidor final los atributos de nuestros productos, basados en el bienestar animal y la producción ecológica”, señala. La comarca en la que llevan a cabo su actividad estaba prácticamente despoblada; hoy colaboran con una amplia red de ganaderos, lo que ha dado nueva vida a la zona.
Cambiando totalmente de profesión, con mucho ingenio, en 2017, María José Tallón creó con su marido, Rosendo Luis Estévez, Trasdeza Natur en Silleda (Pontevedra). Deshidratan frutas, verduras y hortalizas mediante un innovador sistema de energía solar. “Antes nos llamaban locos, ahora menos”, bromea Rosendo Luis. En la actualidad aprovechan excedentes de otros agricultores ecológicos, contribuyendo al desarrollo del sector a nivel local.
Productos de proximidad
Otro de los aspectos que reconocen a los Mejores Productores Sostenibles es el fomento del producto de cercanía. Entre las empresas que basan su potencial en bienes que históricamente forman parte del patrimonio local está La Abuela Carmen, de Montalbán de Córdoba, pueblo donde el ajo viene cultivándose desde hace siglos. La familia Vaquero le ha dado una vuelta, cosechando variedades singulares como el ajo negro y ampliando su catálogo con la premiada cebolla negra. “A través de la innovación hemos aportado un valor añadido a cultivos tradicionales. Gracias a ello, hemos conseguido diferenciarnos y mantener el negocio”, señala Natividad Vaquero, directora de marketing de La Abuela Carmen.
El clásico tomate de ramillete cobra en Agromallorca una nueva dimensión. Fundada hace sesenta años, ha dado un salto cualitativo de la mano de Isabel Vicens, su presidenta, perteneciente a la segunda generación. Cultivado de forma ecológica, lo venden rallado y envasado en cristal. El sobrante lo donan o “se convierte en compostaje y se reintroduce a la tierra, así evitamos insumos, transporte…”, explica. “En Mallorca hemos enseñado que se puede hacer agricultura de futuro”. Y añade: “La sostenibilidad viene de la mano de la rentabilidad. Podemos tener mil proyectos, pero si no somos rentables, no podemos innovar”.
En el paisaje de la Ribera del Ebro son característicos los árboles frutales. Allí, Explotacions Agrícoles Mas de Baix, de Tivissa (Tarragona), cultivan melosas nectarinas también premiadas.
Proyectos con labor social
Además de dedicarse a la producción ecológica, estas pymes tienen un impacto social en la zona. “Hemos valorado al seleccionar ganadores que cumplieran con esa otra cara de la sostenibilidad”, afirma Alberto Cano, de BBVA. Así, en Bolet Ben Fet, la mitad de la plantilla la integran personas con discapacidad. “Trece ilusionados hacemos setas”, resume su artífice, Carles Díaz. Las cultivan inoculando en las semillas desechos de la industria forestal (leña, virutas, serrín), lo que estimula a otros productores para conservar sus castañares. Hace unos años estuvieron a punto de desaparecer, pero gracias a una iniciativa de apoyo al emprendedor social promovida por BBVA “ahora somos sostenibles social y económicamente y esperamos dar más trabajo”, añade.
Desde la pandemia, en Cortijo La Reina (en la Vega del Guadalquivir, Córdoba), vienen impartiendo cursos de agricultura ecológica a personas sin recursos; una vez formadas, las contratan. De su huerta han salido los tomates rosas galardonados en esta edición. Es una empresa familiar que en época de recolección da trabajo a unos 300 vecinos. Ya el fundador, José Cabrera, tenía claro el enfoque social: mandó construir en la finca viviendas para los empleados, un supermercado y una capilla. Con ese ADN, no es extraño que José María Cabrera, actual gerente, declare: “Pensamos que el futuro es de las personas”.
BosqueSoria ha sido un revulsivo contra la despoblación. Hace diez años, Jorge Jiménez, soriano que trabajaba en Madrid en una empresa de servicios de Internet, optó por regresar a su tierra y tratar de repoblar el municipio de El Royo reactivando la agricultura. Él y otras cuatro familias empezaron a cultivar frambuesas ecológicas, para demostrar que no se necesitaban enormes extensiones para producir. “La satisfacción —dice— es que ahora, en recolecta, hay más personas trabajando que viviendo en el pueblo”.
Historias que ayudan a crear historias. “En adelante construiremos sobre sus experiencias”, dice Alberto Cano, pensando en próximas ediciones de estos premios. “Sentimos orgullo por lo que representan y por formar parte de este ecosistema”.