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MOVILIDAD DEL FUTURO

Un proyecto

Así son los biocombustibles que transformarán la movilidad del futuro

Con unos niveles de emisiones netas de CO2 durante su ciclo de vida que pueden llegar a ser hasta un 90% inferiores a los de los combustibles fósiles tradicionales (petróleo, gas natural y carbón) estos combustibles de origen orgánico son claves para avanzar contra el cambio climático.

Juanjo Villalba

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En un mundo cada vez más consciente de la importancia de los desafíos climáticos que tenemos por delante, la demanda de energía sostenible está generando un interés creciente hacia los biocombustibles y su impacto en la sociedad. Generados a partir de residuos agrícolas, forestales o desechos orgánicos, son una alternativa prometedora como fuente de energía sostenible. Existen biocombustibles de primera generación (1G), que provienen de cultivos agrícolas como la caña de azúcar, la remolacha o la melaza; y biocombustibles de segunda generación (2G), que se fabrican a partir de residuos orgánicos, como el aceite de cocina usado, los desechos agrícolas y ganaderos o biomasa forestal, entre otros. Además de su capacidad para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, entre sus ventajas también destaca su facilidad para integrarse en las infraestructuras y motores ya existentes, por lo que se pueden utilizar ya.Constituyen una alternativa viable, ya que son análogos químicamente a los combustibles usados hoy en día y los pueden sustituir sin necesidad de hacer cambios en los motores de camiones, barcos o aviones ni en las infraestructuras de almacenamiento y distribución.

Energía a partir de residuos

Como veíamos, en el caso de los biocombustibles 2G, se utilizan residuos para su fabricación, por lo que su uso promueve la economía circular y reduce precisamente el impacto de los residuos en el medioambiente, otorgándoles una segunda vida y evitando que terminen en vertederos.

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Aplicaciones de los biocombustibles

Vivimos en un entorno en el que crece la exigencia por consumir energía más sostenible, lo que implica que diferentes tipos de combustibles renovables se introduzcan cada vez más en nuestras vidas. El rasgo que comparten todos ellos está claro: pueden sustituir a los combustibles fósiles empleados actualmente.

Infografía animada 12”

Cepsa impulsa alianzas para acelerar la transición energética


Cepsa, que en el marco de su estrategia Positive Motion, se ha fijado el objetivo de liderar la fabricación de biocombustibles 2G en España y Portugal. En 2030, contará con una capacidad de producción anual de 2,5 millones de toneladas de biocombustibles, de las que 800.000 toneladas serán de SAF, una cantidad suficiente como para sobrevolar 2000 veces el planeta. 


La compañía ya está dando pasos para lograrlo. El pasado abril anunció la construcción, junto a Bio-Oils, de la mayor planta de biocombustibles de segunda generación del sur de Europa, con una capacidad de producción flexible de 500.000 toneladas de SAF y diésel renovable, destinados a la descarbonización del transporte pesado.


La energética también avanza en la búsqueda y desarrollo de proyectos de producción de biometano a partir de residuos agrícolas y ganaderos. En 2030, aspira a gestionar una cartera de proyectos de 4 TWh al año, equivalente a la energía suficiente para 650.000 hogares. Para desarrollar las primeras plantas, hasta 15, que le acercarán a este objetivo, la compañía ha suscrito una alianza con Kira Ventures, compañía española referente en la promoción y gestión de activos de energías renovables y ese prevé que las cinco primeras estén operativas entre 2025 y 2026 en Castilla-La Mancha y Castilla y León.