Palanca y ElClásico de su vida: “Yo jugué el mejor partido del mundo”
Solo jugó ElClásico una vez, pero esta experiencia única ha marcado toda su carrera. El exmadridista Miguel Palanca comparte los recuerdos de un día inolvidable: “Los que tenemos la suerte de jugar este partido somos unos elegidos”
Cuando faltaban solo cinco días para su 21º cumpleaños llegó el mejor regalo: debutar en ElClásico con el Real Madrid. Miguel Palanca no borra de su memoria el momento en el que Juande Ramos se gira y le indica que tiene que saltar al césped del Camp Nou. Era sábado, 13 de diciembre de 2008. “Para nada tenía en mi cabeza que podía ser el primer cambio. Sneijder llegaba tocado al partido, y aunque salió en el once inicial, sufrió nuevas molestias musculares. Sin calentar, Juande me dice que tengo que salir… No tuve tiempo ni de ponerme nervioso, ni de pensar en la magnitud de lo que estaba pasando, porque no me lo esperaba. Me encuentro con que en el minuto 35 tengo que salir al mejor partido del mundo y con compañeros nuevos para mí, porque solo había entrenado dos días con ellos”. Palanca por aquel entonces era jugador del Castilla pero, debido a las bajas en el primer equipo, entró por sorpresa en la convocatoria: “Era la primera vez que coincidía con mis ídolos, a los que siempre había visto por la tele. Aunque era algo circunstancial, la noche previa a la lista ni dormí. Finalmente viajé a Barcelona pensando que sería un espectador de lujo, que podría disfrutar en el banquillo de una experiencia única”.
Ya retirado del fútbol tras pasar por el CD Castellón, el Elche CF, el CD Numancia, el Gimnàstic de Tarragona, el FC Andorra y el Real Avilés, Miguel Palanca es de los pocos afortunados que pueden presumir de haber jugado ElClásico. Aquel día el FC Barcelona se llevó la victoria por 2-0 con goles de Eto’o y Messi, pero con el empate a cero estuvo a punto de marcar. “Es una jugada que me labro desde la banda, me voy para el medio y Abidal me deja ir, regateo a Busquets y hago una pared muy buena con Raúl (aunque yo a mis amigos siempre les digo de broma que me la devuelve muy larga…). Cuando arranco, me pisan por detrás y se me sale la bota, voy corriendo y consigo ponérmela y en décimas de segundo tengo que decidir qué hacer: pensando que Valdés se tiraría a mis pies, tiro cruzado arriba buscando la escuadra lejana, pero él tarda en tirarse y mi chut va tan fuerte que le rebota en el pecho. No te voy a negar que he pensado muchas veces en esa jugada, en qué podría haber hecho diferente… Es algo que siempre he tenido en la cabeza”.
Salió en el minuto 35 de partido, sustituyendo al lesionado Sneijder, y tuvo una de las mejores ocasiones del partido en un mano a mano con Valdés
Con la misma claridad que recuerda segundo a segundo una jugada que pudo ser decisiva, Miguel no olvida quién fue la primera persona a la que llamó tras el partido. “A mi padre, sin ninguna duda. También fue jugador (Santiago Palanca jugó en el RCD Espanyol de Barcelona entre 1983 y 1985) y para mí siempre ha sido mi ídolo, siempre quise vivir lo que él había vivido y hacer lo que él hacía. Para mí era una meta muy grande y lo quise compartir con él. La verdad es que fue precioso, estábamos los dos muy emocionados y es algo que nunca olvidaré. Él había sido un hombre de fútbol, pero que tu hijo debute en el Camp Nou, con la camiseta del Real Madrid y tenga una buena actuación, le hizo sentirse muy orgulloso”.
Con ElClásico en la maleta
Palanca volvió a jugar los dos partidos siguientes con el primer equipo del Real Madrid, pero no volvió a tener la oportunidad de jugar ElClásico otra vez. “Aunque no tuve mucho tiempo de saborearlo, porque con el ritmo del partido no paras ni un segundo y no tienes apenas tiempo de pensar, al final es lo que siempre soñaste desde pequeñito: jugar en escenarios así y con jugadores de ese nivel. Solo cuando finalizó el partido empecé a ser un poco consciente de lo que había pasado. Ahora, pasado el tiempo, ves de nuevo las imágenes y valoras su grandeza. Por estar en el momento y en el sitio oportuno, por muchas circunstancias en las que hay también una gran parte de mérito. Muchos jugadores no tienen esa fortuna… Yo creo que los que tenemos la suerte de jugar ElClásico somos unos elegidos”.
Como trotamundos del fútbol, Miguel ha podido comprobar que se trata de un evento mundial seguido en todos los puntos del planeta. “Cuando llega ElClásico ves que todo el mundo lo sigue, aunque sea en horarios diferentes, porque tiene una magnitud espectacular”. Militando en el Football Club Goa de India, cuenta que “tanto Real Madrid como Barça tienen muchos seguidores, son unos locos del fútbol”. En Chipre (fue jugador del Anorthosis) coincidió con muchos croatas que apoyaban tanto a Luka Modrić como a Rakitić y en Australia, mientras perteneció al Adelaide United, “era estupendo juntarse con los amigos en un bar o en casa de alguien para vivirlo con toda la intensidad”.
El premio a toda una carrera
Miguel guarda aún las botas con la que jugó ElClásico y también la camiseta que le dio Raúl, su gran ídolo. No fue un partido más. “Sobre el césped son 90 minutos, 11 contra 11… Pero todo lo que lo rodea hace que el jugador sienta algo especial, que preste más atención a los pequeños detalles y que sea consciente de que es un partido con un impacto mundial”. Aún es pronto para contarle a sus tres hijos lo que vivió su padre hace 14 años. “Tengo tres niños y cuando les enseño algo en la tele no lo acaban de asimilar. Cuando pase el tiempo, lo entenderán mejor y yo estaré encantado de explicárselo todo”.
Tras decir adiós al fútbol obligado por una grave lesión, Palanca valora con satisfacción todo lo conseguido en su larga carrera. Los vestuarios que ha compartido, los compañeros que ha conocido, los colores que ha defendido, son motivos de inspiración: “He tenido una suerte increíble, he disfrutado de una gran etapa, de ser profesional y se echa mucho de menos. Un club de fútbol no son solo los jugadores que están bajo los focos, hay bellísimas personas detrás que ponen su granito de arena para que todo funcione”, y concluye afirmando que “ha sido un orgullo pertenecer a LaLiga tantos años. Es la competición a la que todo el mundo quiere venir y jugar, y las plazas son limitadas, así que me siento un elegido de poder haber hecho todo lo que he hecho y de las experiencias que he vivido”.
La historia de Miguel Palanca y ElClásico es un ejemplo de cómo LaLiga es capaz de inspirar a través de sus protagonistas. Con los contenidos de ‘LaLiga es mi vida’ ponemos el foco en las personas que hacen más grande tanto a LaLiga Santander como a LaLiga SmartBank con sus triunfos, su esfuerzo y su ilusión, tanto fuera como dentro del campo de fútbol. Un proyecto que quiere poner en valor a trabajadores históricos de clubes, a futbolistas y a entrenadores con experiencias únicas, a los que ya han escrito su nombre y a los que tienen aún muchas páginas por llenar. Porque LaLiga ha estado, está y estará presente en la vida de muchos protagonistas y merece la pena contarlo.