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Menos coches, más zonas verdes y calderas nuevas: la fórmula para mejorar la calidad del aire

Varias comunidades autónomas disponen de programas de ayudas para financiar la modernización de calderas, una medida que se ha demostrado efectiva para mejorar la calidad del aire en las ciudades

Ana Belen Madrid

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Si es bien cierto que somos lo que comemos, que lo hacemos cuatro veces al día, ¿cómo no va a ser lo que somos lo que respiramos, si inhalamos y exhalamos aire unas 23.000 veces diarias? A nadie se le escapa ya a estas alturas la importancia para la salud de respirar un aire limpio, y el grave problema de contaminación atmosférica que sufren algunas ciudades de nuestro país. Xavier Querol, investigador del CSIC y experto en contaminación atmosférica, resume las fatales consecuencias de respirar aire contaminado con cifras de máxima solvencia: “Según el último informe de la Dirección General de Medio Ambiente, de diciembre de 2021, en 2019 se produjeron 306.000 muertes prematuras por partículas en suspensión, 40.000 por óxido nitroso y 17.000 por el ozono”. Y otra cifra más, esta que nos toca el bolsillo: “Un informe del Banco Mundial estima que la contaminación atmosférica genera unos costes asociados equivalentes al 4,5% del PIB”.

¿Y a qué se debe que en nuestras ciudades se respire un aire de tan baja calidad? Hay factores diferentes, responde Querol: “La contaminación por óxido nitroso y por partículas en suspensión se debe principalmente al tráfico y después a industrias, aeropuertos, calefacciones de gasóleo y carbón, agricultura… Y el benzopireno, otro contaminante crítico, es decir, que está por encima de los niveles recomendados, se emite por el uso de combustibles fósiles, leña y carbón, para calefacciones domésticas y residenciales”.

Las calderas: el factor desconocido

Todos sabíamos de la contaminación que emiten los coches o las grandes industrias, pero ¿también nuestras calderas y calefacciones? El científico del CSIC lo confirma: “Las calderas de combustibles sólidos-biomasa, leña y carbón -emiten muchísimas partículas. Las calderas de fueloil emiten óxido de nitroso”. En España, según el último Censo de Población y Viviendas del Instituto Nacional de Estadística, aún quedan cerca de 11.000 calderas de carbón o gasóleo.

Efectos sobre la salud

Lo más relevante es el aumento de la mortalidad, que afecta sobre todo a personas con enfermedades cardiacas o pulmonares. Pero los altos niveles de contaminación atmosférico se relacionan con varias enfermedades y dolencias respiratorias, cefaleas e incluso cáncer.

Efectos sobre las plantas

Una mala calidad del aire puede alterar los ciclos vitales de las plantas. Es difícil determinar a partir de qué nivel de contaminación empiezan a verse afectados los vegetales, pero con dosis altas se puede observar cómo se pudren algunas partes de las flores e incluso llega a frenarse el crecimiento.

Efectos sobre el patrimonio

También nuestros monumentos pueden sufrir con los tóxicos dispersos en el aire. Los metales se corroen, la roca se gasta y se mancha debido al óxido de azufre y a la ceniza. Limpiar y mantener los monumentos afectados es uno de esos gastos derivados de la contaminación

Efectos sobre los ecosistemas

Las lluvias ácidas están directamente relacionadas con la contaminación atmosférica. Al condensarse el agua entre los tóxicos disueltos en la atmósfera, la lluvia cae contaminada y esa agua se filtra en el suelo. Esto a su vez, acidifica los suelos y afecta a la calidad de los acuíferos

Efectos sobre el clima

Todos sabemos los efectos que está teniendo sobre el planeta el uso masivo de combustibles fósiles (también en calderas y calefacciones). Además de eso, otros contaminantes como la ceniza y el hollín, también contribuyen al calentamiento climático.

Por qué sustituir las calderas es necesario para mejorar la calidad del aire

Aunque con retraso, poco a poco va calando la necesidad de modernizar nuestras calderas para cortar la contaminación. Este pasado verano, La Rioja anunciaba que dedicaría más de 12 millones de euros a subvencionar renovaciones de calderas y otras reformas de eficiencia energética. La Comunidad de Madrid cuenta con un Plan Renove de Calderas que financia hasta el 80% del coste de la renovación hasta un máximo de 14.000 euros. Además, recientemente ha creado una nueva ayuda de 350 euros para las familias que quieran modernizar sus calderas. Existen programas parecidos en otras comunidades como Asturias, Galicia, Cataluña y el País Vasco. “Desgraciadamente, en esto vamos por detrás de Europa”, lamenta Querol, “pues llevamos años diciendo que se desarrollen planes de cambio de calderas. Otros países europeos, como Austria, Dinamarca o Gran Bretaña, tienen normativas muy estrictas sobre qué tipos de caldera se pueden utilizar y sobre cómo hay que quemar biomasa en buenas condiciones. Tenemos que hacer lo que ya se ha aplicado en otros países”.

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En España vamos por detrás de Europa en la renovación de calderas

Xavier Querol, experto en contaminación atmosférica

Más allá de las calderas

La modernización de calderas es solo un paso más de los que hay que dar para limpiar el aire de nuestras ciudades. Como ya hemos visto, el tráfico es con mucho la principal fuente de emisiones. Para atajar este problema, Querol desarrolló junto a otros investigadores el Proyecto AIRUSE, destinado a mejorar la calidad del aire en las ciudades del sur de Europa y que mereció el premio “The Best of the Best Green Cities Project” otorgado por la Comisión Europea. La estrategia partía de una constatación: “Las ciudades con mejor calidad del aire han aplicado medidas a nivel metropolitano, no solo en el centro de la ciudad. Es necesario tener en cuenta a las ciudades satélite”.

El primer pilar de este plan pasaba por mejorar el transporte público, en especial las líneas de autobuses a nivel metropolitano. Segunda medida: “Peajes urbanos. En Milán lo tienen desde 2015 y han reducido el tráfico un 35%. Luego toca que ese 70% de vehículos que siguen entrando sean limpios, lo que pasa por crear zonas de bajas emisiones y medidas que favorezcan la electrificación. Y por último, y lo más importante, es el rediseño urbano. Hacer más zonas verdes, que las bicis estén totalmente separadas de los coches y que haya menos tráfico alrededor de escuelas, geriátricos y hospitales”. Este rediseño urbano también puede contemplar generar ciudades con edificios más bajos y menor densidad de población.

Al mismo tiempo, podrían potenciarse medios de transporte sostenibles y libres de emisiones. El desarrollo de los coches eléctricos, y de otros vehículos impulsados por gases renovables, permite imaginar un futuro, no muy lejano, de ciudades con un tráfico limpio. Un ejemplo de esta tendencia es el primer autobús público impulsado por biometano, que se estrenó en Coruña el pasado año.

La vida con mejor calidad del aire

Para el científico es importante hablar de este tema siempre en positivo y centrándose en lo que ya se ha conseguido, que no es poco: “Es cierto que ahora en la UE tenemos 350.000 muertes prematuras debidas a la contaminación, pero en 1990 teníamos un millón. Hemos avanzado mucho”. Es necesario darse cuenta de que no se trata solo de reducir la mortalidad, sino de conseguir una mejor calidad de vida con un aire limpio y más saludable en ciudades más cómodas y habitables. Como ya hemos visto, está en nuestra mano conseguirlo.

1,27%

Canarias

1,21%

Cyl

0,59%

Asturias

0,49%

La Rioja

0,47%

Galicia

0,33%

Baleares

0,31%

Navarra

Porcentaje de edificios con mejor calificación energética (A) por comunidades
Fuente: IDAE

1,27%

216m

Carbón

18m

Gasóleo

0mg

Gas natural

Microgramos por kilovatio/hora de partículas PM10

216mg